Historias

Yudy Alvarado, la mujer de tuerca y tornillo

Yudy Alvarado, la mujer de tuerca y tornillo

Por: Humberto Leyton 


Marilyn Monroe, le dijo a Truman Capote, que su perfume preferido era Chanel No. 5, mientras que Yudy Alvarado Varón, dice que: "El mío es la gasolina, el aceite y la grasa".

La primera era una estrella de cine fabricada por Hollywood que vivió en un mundo de glamur y fantasía y terminó suicidándose. La segunda, es una guerrera ibaguereña que ama la vida y es apasionada por su profesión u oficio. Desde niña le gustó la investigación criminalística y la mecánica de carros, y aunque le dijeron que lo mejor que podía hace era meterse a monja para que convirtiera en una de las esposas de Dios, prefirió el  mundo terrenal de las tuercas y los tornillos.

Hoy, tiene 55 años, es madre de dos hijos, de 29 y 22 años respectivamente, que tomó como destino una actividad reservada para los hombres; es una de las tres mujeres que realizan el curso de mecatrónica en el Sena Ibagué, en medio de 32 varones. Su traje es un overol azul con rayas delgadas verticales de color verde, untado de grasa y con olor a gasolina; al verla de lejos, anuncia una actividad febril donde el llamado sexo débil es escaso, pero donde ella se desempeña sin tener que implorar nada a los machos. "También podemos con una transmisión, bajar el motor, la culata, el chasis y todas las estructuradas pesadas de un vehículo", dice.

La mecatrónica, según el diccionario, "(...) es una disciplina que une la ingeniería mecánica, ingeniería electrónica, ingeniería de control e ingeniería informática, y sirve para diseñar y desarrollar productos que involucren sistemas de control para el diseño de productos o procesos inteligentes, lo cual busca crear maquinaria más compleja para facilitar las actividades del ser humano a través de procesos electrónicos en la industria mecánica, principalmente (...)".

Quizá por esto, ella dice que los carros hablan de sus accidentes y los compara con un ser humano. Los divide en cabeza, tronco y extremidades; recorre todo cuerpo del automotor comparando: el motor  es corazón, el sistema de luces los ojos, el cableado las venas, la gasolina y el agua la sangre, el radiador la boca, las direccionales las orejas, las llantas los pies... "Es un ser inanimado que solo le falta hablar, y eso que ya están fabricando vehículos altamente computarizados que hablan y cuentan todo", dice Yudy, y agrega: "De eso se trata la mecatrónica".

 

[caption id="attachment_4250" align="alignnone" width="960"]16144561_989349734543247_1421155556_n Yudy Alvarado Varón, irrumpe con éxito en un oficio solo considerado para hombres.[/caption]

 

Esta mujer que en el transcurso de la entrevista recibe varias llamadas de clientes que tienen problemas con sus automotores por razones de accidentes, les da instrucciones de lo que deben hacer en los juzgados para liberarlos de los parqueaderos donde se encuentran por algún motivo. "La libertad de un carro es mi objetivo principal, inmovilizados en un parqueadero, se ven como prisioneros y eso no me gusta", manifiesta, a la vez que se duele de los propietarios que abandonan sus automotores, porque según ella, "les falta conciencia".

 

Motos y academia

Yudy espera terminar su curso y montar su propia academia de enseñanza, considera que la educación es parte fundamental en un conductor o propietario de vehículo;  critica duramente a los motociclistas a quienes considera "muy imprudentes" y se declara partidaria de una reglamentación más drástica tanto para vender como para conducir motos. "Mi hermana no sabe manejar motos y, sin embargo, le vendieron una con pase incluido. A eso, hay que ponerle control", y añade las estadísticas que demuestran que la mayor parte de muertes y heridos en los accidentes de tránsito las encabezan los motociclistas. "Y esto ocurre porque ellos no conocen ni siquiera las señales de tránsito, mucho menos de medidas de protección. Se necesita una escuela de preparación de motociclistas", afirma.

 

[caption id="attachment_4253" align="alignnone" width="960"]16128534_989349461209941_761613790_n Tres mujeres en medio de 32 hombres, demuestran que son competentes y que tienen futuro en la mecatónica.[/caption]

 

Esta mujer que vive debajo de los automotores reparándolos o en peritazgos de accidentes de tránsito, nos cuenta que con los avances técnicos y científicos "el carro le cuenta a uno las historia del accidente. No hay necesidad de preguntar, el mismo vehículo lo va llevando a uno al desenlace de los hechos".  Ella es una de los siete peritos que existen en Ibagué de accidentes de tránsito que se encuentra inscrita como auxiliar de la justicia.

Sin embargo, las historias de los vehículos accidentados es también como una maraña de un proceso kafkiano, y a Yudy no le gusta ver a un carro prisionero en un parqueadero. "Antes que los empapelen, yo lucho por su libertad", manifiesta.

Además, trata a los automotores como seres humanos o como sus mascotas y su lenguaje está condicionado para ello."Nosotros le realizamos una inspección como un medico general a su paciente para luego mandarlo al especialista".

Por eso, nos dice que es una mujer feliz en su trabajo donde se gana un promedio de 400 mil pesos en la semana más mala y la que sin tapujos ni falso glamur precisa: "La gasolina, es el perfume diario y normal, estar untada de grasa y aceite no es ningún problema. uno se familiariza con eso, con el pito las luces... Me siento una mujer de tuerca y tornillo", puntualiza Yudy.

 

 

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