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Murió Antonio Caballero, el columnista por siempre rebelde de la prensa colombina

Murió Antonio Caballero, el columnista por siempre rebelde de la prensa colombina

A la edad de 76 años, murió en Bogotá el periodista,  escritor y caricaturista, Antonio Caballero Holguín, quien representó una generación y fundó una escuela de periodismo de opinión sin dobleces ni esguinces.

 Se le recordará como un periodista de opinión íntegro e independiente que se convirtió en una columna moral y ética, y jamás se inclinó ante ningún poder.

Caballero era un referente de pulcritud y honestidad, procedente de una familia dedicada a las letras y a las artes, que en la práctica dejó una escuela de lo que debe ser el periodismo de opinión. No creía en géneros periodísticos y decía que el periodismo era uno solo, y que solo dependía de quien lo ejerciera.

El valioso periodista deja una impronta imborrable para todas las generaciones de periodistas colombianos, no solo por sus capacidades literarias como escritor sino con su propio ejemplo de honradez para estos días tan marcados por sectores de personas que ejercen la profesión sin decoro. 

En una reseña que publica El Tiempo señala que: “Antonio Caballero tenía siempre la capacidad de mirar un hecho periodístico o histórico desde un ángulo que a casi nadie se le ocurría.

 Tal vez ahí radicaba la genialidad de su pluma, tanto en sus columnas de opinión y libros, como en sus inolvidables caricaturas.

Cuando publicó, por ejemplo, su libro ‘Occidente conquistó el mundo...’, Caballero buscó, quién sabe en dónde –porque esa era otra de sus singularidades: sorprender con los datos más insólitos-, cómo habían hecho los reformadores cristianos del calendario para hacer coincidir el año uno (aproximadamente) con la fecha del nacimiento de Cristo.

Era un hombre de muchas pasiones y un ‘bon vivant’ a carta cabal. El análisis de la situación política y social del país, el amor por la historia, el arte, la pintura, la fiesta taurina, la tertulia y el buen comer, definen en algo, la misteriosa personalidad del genial periodista, que falleció a los 76 años en Bogotá, por complicaciones de salud.

Y si hubiera que seguir desentrañando sus trucos narrativos, otra de las características de la pluma de Caballero era su maravillosa capacidad para ir tejiendo frases –una tras otra- de manera hipnótica, que obligaban al lector a llegar al final del texto. El sueño anhelado de todo escritor y periodista.

Un talento que cultivó gracias a dos de sus mayores placeres: los libros y la lectura, como se lo dijo alguna vez a este diario en una entrevista: “Son muchos placeres. Desde el del simple ruido (hablando de los títulos, que deben sonar bien) hasta el del sentido.
Para resumir: la música y la letra”.

Caballero construía sus textos con la meticulosidad de un compositor de música clásica”.

Según el mismo periódico que hace una extensa nota sobre Caballero recuerda que trabajó “para algunos medios europeos, como la BBC de Londres y Cambio 16 de España, cuando su amigo Juan Tomás de Salas lo invitó a escribir, Antonio Caballero se metió de lleno en 1974 en el proyecto de la revista ‘Alternativa’, cuya posición ideológica simpatizaba con la izquierda. Esta publicación en la que también participaron amigos suyos como Enrique Santos Calderón, Roberto Pombo, Daniel Samper Pizano, Jorge Restrepo y por supuesto García Márquez, entre otros”.

En Colombia Antonio Caballero laboró en diversos medios y participó en proyectos periodísticos como en la revista Alternativa con Enrique Santos y Gabriel García Márquez, Cambio16 Colombia, El Tiempo, El Espectador, la revista Semana, hasta cuando llegó su politización de extrema derecha con Vicky Dávila y últimamente escribía en el portal Los Danieles. 

Sus columnas eran referentes semanales donde media el termómetro del acontecer político y social del país.

Su última columna la escribió el pasado 8 de agosto en Los Danieles titulada “Duque y la Historia”, donde hace un relato crítico y demoledor contra el uribismo y su marioneta. Quienes quieran leerla puede ingresar a este enlace: https://bit.ly/3z23YfW

Un adiós entre víctores al purista del lenguaje, al rebelde con causa, al  periodista que los  los poderosos, los detentadores del poder, lo veían como un estorbo.

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