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Aquí venden el ‘corrientazo’ más barato de Ibagué

Aquí venden el ‘corrientazo’ más barato de Ibagué
María Adelina Culma Rincón vende el ‘corrientazo’ más barato de toda la ciudad de Ibagué. Con $2.500 pesos se puede almorzar una frijolada criolla, acompañada de arroz y pezuña, que en la mayoría de casos deja satisfechos a los comensales. El pequeño restaurante está ubicado entre calles 21 y 22 con sexta y goza de gran popularidad. A diario, se venden en promedio 500 platos especialmente a taxistas, domiciliarios en moto, mecánicos, coteros y trabajadores de la zona que frecuentan el lugar a lo largo de la tarde.

 

[caption id="attachment_4212" align="aligncenter" width="800"]2OK (2 de 4) Frijoles, arroz y pezuña componen este plato que consumen a diario cientos de ibaguereños.[/caption]

 

El menú es amplio y para todos los presupuestos. Hay platos desde 2 mil pesos como la sopa de menudencias con arepa y jugo, o si lo prefiere existen otras opciones por el mismo precio compuestas por un ala de pollo con papa, yuca y jugo.

 

También hay ofertas para bolsillos más amplios, como el plato de 4 mil que lleva una taza de caldo y un buen pedazo de sobrebarriga, con papa, yuca, arroz y plátano.

 

Le sigue el de 6 mil pesos, que trae una porción de pechuga completa con los acompañantes de siempre.

 

El plato más costoso vale 8 mil pesos, en este caso la porción de carne, pollo o pescado aumenta su tamaño y si el cliente gusta, puede negociar una repetición.

 

El horario de atención es de 11 de la mañana a 8 de la noche. Sobre las 3 de la tarde se acaba el corrientazo y la sobrebarriga. Después de esa hora, María ofrece su tradicional fritanga. El bofe, las rellenas, la asadura de cerdo, el chicharrón, la chunchulla, las empanadas, los pasteles y la famosa "reservada"- que es similar a la chunchulla- son muy apetecidas por los visitantes. Generalmente a las 7 de la noche se acaba la comida y a las 8 se cierran las puertas.

 

María tiene una clientela fiel que ha venido fidelizando desde hace más de 20 años, cuando trabajaba en el andén de Velotax de la calle 21 con carrera sexta. Allí se agrupaba junto con otros vendedores informales y ofrecían fritanga bajo el sol y el agua. Afortunadamente la gente no daba abasto y las ventas eran muy buenas. A pesar de que el propietario de la reconocida empresa de transporte, Pedro Pablo Contreras, les daba permiso para que ocuparan dicho espacio, con el pasar de los años la policía empezó a sacarlos y le tocó finalmente a cada uno montar su negocio aparte. Sin embargo, María no se fue muy lejos y arrendó un local cercano por el que paga mensualmente 400 mil de arriendo y en donde ha obtenido un éxito impresionante.

 

[caption id="attachment_4211" align="aligncenter" width="800"]2OK (3 de 4) María Adelina Culma Rincón lleva más de  20 años trabajando en el negocio de las comidas.[/caption]

 

A punta de fritanga y almuerzos baratos, esta mujer de 57 años de edad ha podido sacar adelante a toda su familia y darle universidad a sus dos hijas, que ya culminaron los estudios profesionales y de quienes habla con orgullo. Ahora que ya cumplió la tarea con ellas, todos los recursos que genere su trabajo los destinará para su vejez.

 

Por otro lado, dice que tras haber carestía en la canasta familiar no ha pensado en subirle el precio a sus platos, porque los amigos que le proveen el mercado en la plaza de la 21 le dan precios muy baratos, permitiéndole sostener las tarifas más económicas de la ciudad, cuando de comida se trata.

 

La limpieza, juega un papel fundamental a la hora de escoger el sitio. Sus platos, ollas y cubiertos siempre se mantienen impecables. Es por eso y muchas cosas más que el restaurante de María seguirá siendo el comedero de los que no pueden pagar los corrientazos comunes, como el que la mayoría de  ibaguereños consume todos los días.

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