Parado frente a grandes buques del puerto de Vitória en el estado de Espirito Santo, esperando que las tripulaciones de estos desembarquen para poder iniciar su trabajo como agente de operaciones marítimas, se encuentra Oscar Esteban Ramírez Uribe, un joven anzoateguno de 32 años de edad, quien de manera profesional e inteligente debe entenderse con los capitanes de aquellos barcos y cargueros en diferentes idiomas.

Este profesional tolimense que se halla laborando desde hace 8 años en la empresa Pennant All Flags, de agenciamiento marítimo Ltda., debe recorrer todos los días otros muelles de los puertos de Minéiro de Vale y de Celulosa en Portocel, sitios ubicados en el océano Atlántico del Brasil.

De padre ambalemuno y madre anzoteguna, Oscar Esteban Ramírez Uribe terminó sus estudios en la Universidad de Ibagué en la facultad de Administración de Negocios Internacionales y luego, a través de un intercambio estudiantil con una entidad llamada AIESEC, llegó a dicha ciudad costera para realizar una labor netamente social, sin embargo, a punta de esfuerzo, dedicación y empeño se quedó residiendo allí.

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“No fue fácil señala este joven tolimense, pero me enamoré de este país, debido a que con gran esfuerzo logré llegar a este cargo que es de gran responsabilidad”, Sé que debo estar atento a cada inquietud y hacer cumplir las normas marítimas que impone el Brasil.”

“Gracias a Dios y a mis padres Bertulio y Olga Marina, soy lo que soy, ellos siempre me han apoyado y cultivaron en mí valores como el amor, el respeto a los demás y la sensibilidad humana.  En este trabajo tengo que ver con la parte de importaciones y exportaciones, es una labor de 24 horas al día y llegué aquí por mis capacidades y por la facilidad de hablar varios idiomas”, dice Oscar Esteban.

Señala que hay que aprender a interactuar con las tripulaciones y el objetivo de este trabajo es que los productos que llegan o que salen se encuentren en buen estado”.

“Como tolimense y anzoateguno me siento muy orgulloso de estar aquí, recuerdo mucho mi tierra, las comidas como la lechona el tamal, las achiras y la avena, hablo de mi tierra y mi familia compuesta además por tres hermanos. Todo ello les gusta a los brasileños, los cuales son personas muy receptivas, además el cargo que ejerzo ha causado admiración porque siempre lo hace un ciudadano de este país.”

“Con este trabajo quiero algún día aportarle a mi país, pero lastimosamente se que las oportunidades son muy escasas, dice Oscar Esteban, señala que lo más valioso para él es el crecimiento espiritual, dejarle algo bueno a la sociedad como ser humano, igualmente se considera un hombre soñador, ambicioso, con grandes proyectos para realizar y poder ayudarle a otros.”

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“Dice que las nuevas generaciones deben trazarse objetivos grandes y sacarlos adelante, así no sea fácil, porque la perseverancia debe prevalecer por sobre todo y los sueños no deben truncarse.”

“Al darse cuenta del compromiso de cada uno, es dar lo mejor de nosotros dice Oscar Esteban Ramírez Uribe, quien anhela estar muy pronto en su querida tierra, compartiendo con su familia y amigos, las grandes experiencias adquiridas y poder deleitarse de la comida tolimense.”