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“Sí a la gratitud. No a la esclavitud": Johana Aranda

“Sí a la gratitud. No a la esclavitud": Johana Aranda

Por: Humberto Leyton

En una soleada tarde en este verano que comienza, la alcaldesa de Ibagué, Johana Aranda, con la permanente sonrisa que la caracteriza y sintiéndose segura de las medidas de cambio en su estilo de gobierno, dio a conocer, con una seguidilla de palabras coherentes, lo que será su nueva administración.

La mandataria conversaba con algunos críticos del exalcalde Andrés Hurtado y de los 18 meses que ella estuvo bajo la égida de su mentor, antes de la ruptura de relaciones políticas, y casi personales, entre ambos hace más de dos meses.

Durante la charla, que tuvo lugar en una de las oficinas del centro comercial Blue Center, la alcaldesa fijó su posición sobre varios temas a través de algunas frases clave. Rescato solo aquellas que, a mi criterio, definirán las futuras acciones en el campo administrativo y político de la ciudad.

Nadie puede ignorar que la Alcaldesa de los ibaguereños tiene un difícil camino por recorrer para desatarse por completo de la influencia, por demás asfixiante, que ejerció el exalcalde Hurtado en el primer año y medio del gobierno de Aranda. La administración estaba completamente colonizada por el cuestionado exalcalde, incluyendo no solo a funcionarios y contratistas, sino también a los llamados "equipos técnicos" que perfilaban y definían las mañosas contrataciones del exmandatario local.

Romper este esquema hegemónico no solo conlleva una decisión política, sino también una estrategia que le permita a la Alcaldesa cambiar el rumbo de la administración sin mayores sobresaltos o complicaciones. Es por ello, quizás, que la mandataria no ha realizado la "barrida" que muchos esperaban. Se ha limitado a poner orden en casa en aquellos lugares más afectados, como secretarías de despacho, gerencias o direcciones de institutos descentralizados, y aquellos funcionarios que aún no acatan su mandato y siguen obedeciendo las órdenes de Hurtado.

Es comprensible la difícil situación que en este sentido se le presenta a la señora Aranda, aunque ella quiera de un solo manotazo sacudir esa oscura manta burocrática que había tejido el polémico exalcalde.

Gratitud y obediencia

No obstante, en el encuentro del Blue Center, Aranda dio a entender que no es desagradecida ni desconoce la ayuda de su mentor para llegar a ser alcaldesa. "Sí a la gratitud. No a la esclavitud" fue la frase que soltó cuando los contertulios le preguntaron sobre su deslinde con Hurtado. Aquí mostró sus diferencias abismales frente al valor de la gratitud de las personas que le ayudan.

Mientras Hurtado niega la injerencia y el apoyo decisivo que le ofreció el hoy senador Óscar Barreto para que llegara a la alcaldía, Aranda, sin rodeos, reconoce la labor del exalcalde en su elección y manifiesta su gratitud. Sin embargo, acto seguido aclara que eso no significa, de ninguna manera, que deba ser su esclava y estar al servicio obsecuentemente de sus mandatos.

Ella también tiene cabeza para pensar, independencia y carácter para decidir, y lo fundamental: fue ella a quien el pueblo eligió como alcaldesa y no a Hurtado. Algo así como que Hurtado no puede seguir gobernando en cuerpo ajeno.

Nadie le endulza el oído

Y como para darle más color a la conversación del Blue Center, al preguntársele a la Alcaldesa si era cierto que el congresista Carlos Edward Osorio había tenido algo que ver en su ruptura con Hurtado, simplemente dijo: "A mí nadie me endulza el oído. Yo tomo mis propias decisiones".

Otra frase a destacar de la funcionaria. Por una parte, reafirma su grito de independencia, y por la otra, deja claro que su administración no será parcelada por los grupos y partidos políticos que la acompañaron en la campaña. "Trabajaré con todos, pero escogeré los mejores perfiles de los funcionarios, que deben cumplir funciones técnicas y ejecutar programas para todos los ciudadanos, no serán fichas políticas", afirmó la alcaldesa.

Aranda, más que convertirse en un nuevo jefe político de los tantos que tiene la ciudad, y distraer sus esfuerzos en crear su propio movimiento, se muestra más concentrada en ofrecer respuestas concretas a los diferentes y difíciles problemas que tiene la capital del Tolima.

En este marco, señala que nombró al nuevo gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Ibagué (IBAL), Roberto Santofimio, al considerarlo un ingeniero experimentado y capaz, que tiene como tarea entregar el acueducto complementario completamente funcionando para beneficio de los cerca de 600 mil habitantes que tiene Ibagué.

En resumen, y si interpretamos bien a la alcaldesa Johana Aranda, además de tapar huecos y de emprender una lucha permanente contra las enfermedades mentales (después de luchar con éxito contra la fiebre amarilla), la mandataria quiere trabajar en beneficio de las 13 comunas, los 17 corregimientos y de todos los ciudadanos sin exclusión alguna.

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