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La bancarrota de Andrés Hurtado

La bancarrota de Andrés Hurtado

Por: Humberto Leyton

Los golpes recibidos en el breve tiempo de haber sido fabricado este ‘líder’ de papel y micrófonos  de poca monta y credibilidad, son tan devastadores, que lo tienen en grave estado de salud política.

Andrés Hurtado, es un prototipo de esos personajes de mentira que crean ciertos medios de comunicación a cambio de millonarias sumas de dinero en publicidad y sobornos. No es un dirigente que se haya formado en el fragor de las luchas populares ni reivindicativas de las masas, menos en la presentación de proyectos y programas sociales, económicos, culturales y de desarrollo que seduzcan a sus seguidores. Y menos que se trate de un personaje con un nivel intelectual alto.

Este personaje no cuenta con las capacidades intelectuales ni tiene una ideología política cimentada que lo presente como un verdadero líder, y prueba palmaria de ello, es que en menos de 15 meses ha cambiado de partido en cuatro oportunidades: ha sido liberal, conservador, de Cambio Radical y ahora del partido de la U. Tampoco tiene las condiciones éticas y morales que le permitan dar ejemplo de jefe político o pastor religioso como también funge hacerlo.

El tal “hurtadismo”, es fruto de las millonadas invertidas en publicidad por parte del exalcalde de Ibagué, con el dinero de los impuestos que pagan los contribuyentes, que llevaba implícito promocionar su nombre para posicionarlo como nuevo dirigente político del Tolima.

Así confeccionaron a este falso líder con pies de barro. Los autores de esta obra: los medios y engrasados ‘periodistas’ que perversamente se prestaron para manipular la información y crear en el imaginario de sus lectores y oyentes una figura embellecida que se atrevieron, en el colmo del cinismo, calificar como “el mejor alcalde de la historia de Ibagué”.

Hurtado, simplemente forjó una figura mediática, hueca, sin discurso ni proyecto político, sin estructura partidista, mucho menos carisma o talla de jefe de nada. Los cuantiosos recursos que ha invertido en formarse una imagen pública no le han alcanzado para tapar lo que verdaderamente es: un engreído balandrón.

La decadencia

Precisamente, debido a su falta de capacidad y creatividad para perfilarse como un auténtico dirigente político, tuvo que aterrizar en lo que verdaderamente es: un mediocre inflado por las informaciones y comentarios falsos de prensa, pagados a algunas emisoras y portales web de la ciudad.

Hurtado nace de una mentira que ni el mismo se cree, que para convertirla en verdad tiene que invertir cantidades insospechadas de dinero para tener en su nómina no solo a los prepagos ‘periodistas’, sino a buen número de ‘amigos’ de algunas iglesias evangélicas y activistas políticos profesionales que se la pasan buscando plata en los directorios de todos los partidos.

Y claro está, mientras detentó el poder como alcalde y los 18 meses, hasta el grito de independencia de la alcaldesa Johana Aranda, tuvo a su lado contratistas y funcionarios, que le hicieron más llevadero su ‘liderazgo’, hasta cuando comenzó a caer en desgracia por su falta de lealtad, de respeto a sus aliados, por mitómano, y por su ambición personal insaciable de querer tener todo el poder a su servicio y de su familia.

El desmoronamiento 

Este se vino en seguidilla. Un poco antes de salir de la Alcaldía, Hurtado había concitado a un grupo de aliados con el objetivo de “derrocar a Óscar Barreto, y cambiar al Tolima e Ibagué”. Entre ellos se encontraban: un sector del Centro Democrático, Cambio Radical, el Mira, el partido de la U, y un sector del partido conservador orientados por el senador Miguel Barreto y José Elver Hernández “Choco”, los Liberales vergonzantes del concejal Javier Mora, el diputado Carlos Reyes y otros amigos del ala jaramillista de ese partido, entre otros.

La dicha le duro muy poco, tan pronto se fueron dando cuenta de las dudosas condiciones de su aliado para hacer política, de inmediato se fueron alejando. En menos de 10 meses, por diversas razones, se fueron bajando del bus el sector del Centro Democrático, Cambio Radical, el sector mayoritario del partido de la U, en cabeza de Jaime Yepes y su esposa Yully Porras.

En el momento actual le quedan algunos aliados que forman parte de su nómina, y se mantienen con sueldo y otras canonjías, pero la mayoría no hace alarde de nada y permanecen a la expectativa, sin acompañar a su ‘líder’ a los actos públicos.

Pero el golpe final, se lo propinó la alcaldesa Johana Aranda, cuando se decidió romper relaciones con su antiguo jefe por las razones ya conocidas, entre ellas la falta de consideración y respeto hacia las mujeres, y por tratar de abusar de su confianza hasta el límite de presentar en sus videos y declaraciones a la mandataria local, como una subalterna suya.

Aquí quedó demostrado que la estructura política de Andrés Hurtado, estaba montada sobre la burocracia municipal, sobre las órdenes de prestación de servicios (OPS), los contratistas y el hambre de ciertas personas, que por necesidad, tienen que servir de mandaderos al gamonalillo de turno. Y lo peor aún, lo dejó sin la contratación municipal que era la gallina de los huevos de oro que tenía el cuestionado exmandatario para alimentar las arcas de su elevado estándar de vida y su actividad política.  

Así queda demostrado que Hurtado es el producto de los entresijos publicitarios de algunos ‘periodistas’ y medios, que se prestaron para elaborar este paquete chileno.

Que Hurtado no pasa de ser un capataz de finca en proceso de quiebra, un megalómano en decadencia y un sinuoso demagogo que decepcionó a sus amigos de viaje, y a la mayoría de seguidores. 

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