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Que las ‘cucarachas’ no frenen el auge de la gastronomía en Ibagué
Y si en Ibagué ahora son “nueve restaurantes adonde puede ir a comer tranquilo”, qué va a pasar con los tantos otros.
Por Henry Rengifo Hernández
Está bien que la Alcaldía de Ibagué a través de la Secretaría de Salud, ejerza de manera constante controles de higiene en aquellos establecimientos donde se expenden alimentos. No sobra advertir que se trata de una labor necesaria, y por lo tanto, nadie se opone. Además, es labor que dicha dependencia debe cumplir.
Lo que sí no está bien es que alrededor de los operativos realizados se estén dando situaciones que ponen en entredicho el rigor y la responsabilidad de la autoridad competente que los realiza, en este caso, la Secretaría de Salud.
Hay malestar en algunos de los propietarios de los establecimientos que han sido sellados. Las quejas de inconformismo se refieren a ciertos excesos que se han presentado durante la acción de los funcionarios encargados de hacer la respectiva inspección.
Ciertamente, en el desarrollo de este esencial control, aparece un escenario complejo que debe ser analizado a profundidad, en ese sentido, resulta más que pertinente preguntarse sobre las repercusiones negativas que podría traer esta tarea si no se cumple con supremo cuidado, con suprema prudencia, en otras palabras, que haya menos protagonismo, menos espectáculo, menos videos.
Vale recordar que el sector restaurantero y en general la gastronomía ibaguereña en las últimas tres décadas ha alcanzado momentos de prosperidad y crecimiento halagador. Hace 30 años los restaurantes con algún grado de reconocimiento en la ciudad no pasaban de 10, para recordar el desaparecido Chamaco, La Masía, La Parrilla de Marcos, en el cañón del Combeima solo existía Cutucumay, y el Carnaval del Pollo, entre otros pocos, y para de contar.
Hoy este sector se ha desarrollado en tal magnitud, que está entre los que más empleo genera en la ciudad. Por eso es clave que los gremios representados en Acodres, Fenalco y Cámara de Comercio, se pronuncien sobre esta preocupante situación, que para nada es un tema menor, todo lo contrario, hoy la gastronomía es motor de la economía ibaguereña, y en ese orden de importancia hay que protegerlo.
El mensaje de la Alcaldía sobre “los nueve restaurantes adonde puede ir a comer tranquilo”, o la pregunta “¿Quieres que visitemos algún restaurante?. Déjalo en comentarios”, ¡Por favor! es de lo más contraproducente que se les ha podido ocurrir. El deber es hacer inspección en todas partes, no puede ser selectivo y eso sí con prudencia sin medios amarillistas detrás.
Por qué olvidar la historia cuando hace unos años una reconocida panadería fue sometida a una campaña de desprestigio que la puso en el borde del abismo, lo mismo ocurrió con una popular fábrica de tamales, a esa sí la acabaron. En días recientes una hamburguesería que, por su excelente producto, se ha ganado un espacio y reconocimiento en la ciudad, estuvo a un paso de ser también sometida a propaganda de desprestigio con el tema de ‘cucarachas’.
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Decirle, entonces, a la Administración Municipal que en lugar de marchitar un sector clave de la economía ibaguereña, ayude a fortalecerlo.
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