En agosto de 2024 la administración de la alcaldesa Johana Aranda informó sobre la adjudicación del contrato por cerca de $9.000 millones para la modernización de 630 semáforos en Ibagué, todo en el marco de la implementación del Sistema Estratégico de Transporte Público (SETP). Sin embargo, siete meses después el proyecto permanece estancado.

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En ese momento, la Alcaldía dijo que el contratista, la Unión Temporal Ibagué Smart City, tenía un plazo de cinco meses para la ejecución de las obras; pero a la fecha ningún semáforo de la ciudad se ha modernizado.

Versiones conocidas por El Cronista.co, indican que las obras no han iniciado debido a las fallas de planeación del proyecto advertidas desde el proceso de licitación pública.  

“¿Por qué no arranca la semaforización en Ibagué? La respuesta tiene que ver con los problemas generados desde su comienzo (…) El tema de los semáforos del SETP está paralizado porque me cuentan que los dos consorciados se agarraron porque presentaron propuestas bajas para ganarse la convocatoria y están pidiendo anticipo sin arrancar”, reveló el exconcejal Fernando Varón Palomino.

A su vez, Palomino indicó que el gerente del SETP, Aquileo Medina, se vio obligado en su momento a adjudicar el contrato ante la insistencia de la alcaldesa Aranda. Tuvo que acceder a sus exigencias, pese a las irregularidades y vacíos identificados desde la etapa precontractual del proceso.

Otra fuente reservada consultada por El Cronista.co, señaló que el retraso se debe a ajustes en los estudios y diseños que deben hacer los contratistas antes de iniciar las obras. Algo similar a lo que ocurrió con el fallido puente de la carrera Quinta con calle 60, y en general con casi todos los proyectos de Ibagué, que los adjudican pese a las evidentes falencias de planeación.

A lo largo de la cuestionada licitación, otros oferentes presentaron sendas observaciones, en las que denunciaban irregularidades que hacían inviable el proyecto tal como estaba planteado. Algunas de ellas tenían que ver con el corto plazo de ejecución y la experiencia exigida en obras que poco tenían que ver con el proyecto.

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Asimismo, durante el proceso de licitación, otros oferentes advirtieron presuntas irregularidades sobre falsificación de documentos y hasta un posible direccionamiento a favor del contratista que finalmente se quedó con el contrato.

“Se ve una defensa exhaustiva por parte de la entidad (SETP de Ibagué) a este oferente, porque no solo nosotros advertimos las irregularidades. Todos los oferentes dejaron claro el favorecimiento taxativo de la entidad, los defendieron como si fueran empleados de ellos”, aseveró en su momento Miguel Ángel Rojas, otro de los oferentes.

De hecho, también advirtió que el oferente que finalmente ganó la licitación habría falsificado una acreditación para poder demostrar la experiencia que exigía el pliego de condiciones. Presuntas irregularidades que ignoró por completo el SETP.

Ahora, la ciudad continúa a la espera de que inicien las obras de modernización y pueda Ibagué contar con una red semafórica de última tecnología. El Cronista.co buscó a Edgar Jiménez, el representante legal de la Unión Temporal Ibagué Smart City, para conocer su versión sobre el retraso en la ejecución de las obras, pero evitó responder a las llamadas o mensajes de WhatsApp.