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La paradoja del agua en Ibagué: ¿Abundancia o despilfarro?

Por Renzo García
*Exdiputado y excandidato a la Alcaldía de Ibagué
Me resulta preocupante la reciente concesión de la quebrada El Corazón, una decisión que parece desafiar la lógica y la planificación responsable.
En 2016, Cortolima afirmaba que Ibagué contaba con agua suficiente para abastecer a su población[1], e incluso proyectó su suficiencia hasta el año 2052[2]. Sin embargo, en 2024, la narrativa cambió, sugiriendo la necesidad incluso de recurrir al acuífero en momentos de emergencia[3]. Esta inconsistencia plantea serias dudas sobre la rigurosidad técnica de los análisis y la transparencia en la toma de decisiones.
La concesión de la quebrada El Corazón, que otorga un caudal de 231 litros por segundo, se presenta como una solución a un problema que, según los propios estudios de Cortolima, no existe. Resulta paradójico que, con una capacidad de captación que supera el doble de las necesidades actuales, desde el IBAL se destinen 6.200 millones de pesos para un proyecto que podría convertirse en otro "elefante blanco".
Es ineludible cuestionar la ética detrás de esta decisión. ¿A qué intereses responde la concesión de la quebrada El Corazón? ¿Se están privilegiando los arreglos político electorales en detrimento del bienestar colectivo? La falta de transparencia y la inconsistencia en las justificaciones técnicas alimentan la desconfianza en la gestión ambiental y en la autoridad que debería velar por ella.
En lugar de destinar recursos a proyectos de dudosa necesidad, resulta imperativo priorizar la modernización integral del acueducto municipal. Los datos revelados durante los debates de control político son alarmantes: las pérdidas por fugas y conexiones ilícitas, consecuencia directa del deterioro de la red de distribución, superan el 50%. Esta ineficiencia representa un despilfarro inaceptable de un recurso vital y genera pérdidas económicas millonarias para el IBAL y el municipio de Ibagué. Estas pérdidas representan un grave impacto en la disponibilidad del agua, especialmente en un contexto de creciente escasez.
Es fundamental implementar un plan de acción urgente que incluya la renovación de la infraestructura, la detección y reparación de fugas, y la implementación de tecnologías de medición y control eficientes. La modernización del acueducto no solo garantizará un servicio de agua potable continuo y de calidad, sino que también contribuirá a la sostenibilidad ambiental y financiera del municipio.
Es urgente que las decisiones sobre la gestión del agua se basen en estudios integrales, en la planificación de largo plazo y en la participación ciudadana. La paradoja del agua en Ibagué nos interpela como sociedad. Debemos exigir transparencia, responsabilidad y una gestión del agua que priorice el bienestar de la comunidad y la sostenibilidad ambiental. El agua es un bien común, y su protección es un deber ineludible.
Ineptitud, engaño y corrupción
Ibagué cuenta actualmente con una dotación neta de agua para consumo humano de aproximadamente 3.429 litros por segundo, incluyendo los 1000.9 litros del acueducto complementario. Este caudal permite abastecer a una población de 1’764.899 habitantes, casi tres veces la población actual de la ciudad.
Ante esta realidad, surge una pregunta inevitable: ¿por qué se concesionó el caudal de la quebrada El Corazón, si ya se cuenta con una dotación tres veces superior a la necesaria? La respuesta a esta interrogante no radica en la racionalidad técnica, sino en la ineptitud y la corrupción que aquejan a la administración local.
La pérdida de más del 50% del agua, según reportes oficiales, no se explica únicamente por el deterioro de las redes de distribución, sino también por conexiones fraudulentas que, a pesar de ser conocidas, no generan acciones institucionales debido a intereses ocultos.
Por otro lado, el acueducto complementario, cuya inversión superó los $250 mil millones, fue presentado como una fuente redundante. Sin embargo, su deficiente construcción impide que funcione correctamente, siendo incapaz de conducir el caudal prometido de 1000.9 litros por segundo. Incluso los acueductos comunitarios del sur no reciben los caudales esperados de la Planta de Tratamiento de Agua Potable de Boquerón.
Desafíos Hídricos: Más Allá del despilfarro
La problemática del agua en Ibagué trasciende la mera cuestión de fugas y desperdicio. Las fuentes hídricas de la ciudad se enfrentan a una grave contaminación, producto de vertimientos industriales y domésticos sin tratamiento. El río Combeima, vital para el abastecimiento y el bienestar de los Ibaguereños, presenta niveles alarmantes de contaminación, comprometiendo la calidad del agua que llega a los hogares.
A pesar de la disponibilidad de recursos, la inversión en saneamiento básico y tratamiento de aguas residuales es insuficiente. Según Cortolima, menos del 30% de las aguas residuales reciben un tratamiento adecuado, lo que acelera la degradación de los cuerpos de agua.
La vulnerabilidad ante el cambio climático es otro factor crítico. Ibagué carece de un plan sólido de adaptación, lo que aumenta el riesgo de sequías e inundaciones. Esta falta de previsión pone en peligro la disponibilidad y calidad del agua a largo plazo.
La toma de decisiones en materia de gestión hídrica ha sido históricamente excluyente, con una participación ciudadana casi nula. Esta situación limita la transparencia y la rendición de cuentas, obstaculizando la implementación de soluciones efectivas.
La explotación del acuífero de Ibagué, un recurso estratégico vital, exige un plan de gestión ambiental riguroso para asegurar su recarga y sostenibilidad a largo plazo; es indispensable proteger el Acuífero de eventuales contaminaciones como la que se puede estar dando con el relleno sanitario de la Miel, el colapso del alcantarillado de la ciudad en múltiples lugares y evitar, a toda costa, la instalación de campos de explotación petrolera sobre el mismo.
Este proceso requiere monitoreos permanentes, protección de las zonas de recarga, evitar la contaminación y medidas de mitigación que garanticen la disponibilidad de agua para las presentes y futuras generaciones.
La gestión técnica, óptima y transparente del IBAL es fundamental para garantizar el suministro de agua en Ibagué. Urge transformar el IBAL, sacándolo del clientelismo político que lo ha convertido en una caja menor para politiqueros. Debemos aspirar a un modelo de gestión similar al de empresas públicas de agua en ciudades como Berlín (Berliner Wasserbetriebe) o Singapur (PUB), donde la eficiencia, la rentabilidad y la calidad del servicio son pilares fundamentales. Por ello, la ciudadanía debe exigir gestiones eficientes, instando a las autoridades a asumir su responsabilidad con transparencia y diligencia.
El futuro hídrico de Ibagué depende de una gestión del IBAL eficiente y responsable, que priorice el bienestar de la comunidad sobre intereses particulares.
La salvaguarda del Cañón del Combeima es un asunto de urgencia apremiante. Este ecosistema de importancia crítica, pilar de la seguridad hídrica y la biodiversidad de Ibagué, se encuentra bajo la amenaza del desarrollo urbano descontrolado. Se requiere una acción inmediata para implementar medidas de conservación efectivas y detener la expansión urbana, garantizando así el bienestar de las generaciones presentes y futuras.
Es inaceptable continuar autorizando construcciones sin garantizar previamente los servicios básicos de agua y alcantarillado en toda la ciudad y zonas rurales. Esta falta de planificación urbana sostenible compromete la calidad de vida y el equilibrio ambiental. Urge que las autoridades prioricen la infraestructura y el cumplimiento de los compromisos de servicios públicos sobre el desarrollo descontrolado
La Arboleda del Campestre y el descontrolado crecimiento urbano de la ciudad
La situación del suministro de agua potable en la urbanización Arboleda del Campestre pone en evidencia la falacia que representa el acueducto complementario y la inconveniencia de otorgar nuevas concesiones de agua para consumo humano en Ibagué.
El día de la inauguración de esta obra, que la alcaldía calificó como "la obra del siglo"[4], la alcaldesa afirmó que la Arboleda del Campestre "no se va a ver beneficiada en este momento"[5] con los 1009 litros adicionales disponibles. Esta declaración resulta sorprendente y constituye una verdadera afrenta, considerando que la urbanización fue autorizada y construida con base en las disponibilidades hidrosanitarias otorgadas por el IBAL.
Esta situación no solo evidencia la falta de planificación, sino que vulnera el derecho fundamental de la ciudadanía a un servicio de agua potable continuo y de calidad. A pesar de que Ibagué cuenta con una dotación de agua que triplica la demanda total de la ciudad, muchos conjuntos residenciales de Arboleda del Campestre se ven obligados a consumir agua proveniente del sector del Río Combeima, el cual, en ese punto, se encuentra altamente contaminado. ¿Cómo es posible que, con la abundancia de agua disponible, se someta a los habitantes de Arboleda del Campestre a consumir agua de una fuente contaminada?
A manera de conclusión:
La provisión de un servicio de agua potable continuo y de calidad es una responsabilidad ineludible del IBAL y de la administración municipal. Nos unimos a la creciente preocupación de la ciudadanía, que ha documentado y denunciado las graves deficiencias del servicio actual. Estas deficiencias no se limitan a la incapacidad de garantizar un suministro constante las 24 horas del día, los 7 días de la semana, sino que también exponen a la población a riesgos sanitarios inaceptables.
Es alarmante observar cómo la falta de una gestión integral del agua compromete la salud pública y el bienestar de la comunidad. La dependencia de fuentes de agua contaminadas, como se evidencia en el caso de Arboleda del Campestre, es una clara señal de la urgencia de implementar medidas correctivas inmediatas y sostenibles.
Es importante que el IBAL y la administración municipal asuman su rol de garantes del derecho fundamental al agua, priorizando la inversión en infraestructura, la protección de las fuentes hídricas y la implementación de prácticas de gestión eficientes y transparentes. La salud y el bienestar de la población dependen de ello.
[1] https://cortolima.gov.co/sitio_antiguo_drupal/boletines-prensa/recurso-h-drico-ibagu-suficiente-abastecer-poblaci-n
[2] https://cortolima.gov.co/sala-de-prensa/noticias/3818-el-problema-del-agua-en-ibague-no-es-la-cantidad-de-agua-para-captar-es-la-deficiente-distribucion-del-sistema-hidraulico-redes-al-interior-de-la-ciudad-olga-lucia-alfonso
[3] https://cortolima.gov.co/sala-de-prensa/noticias/1853-acuifero-de-ibague-podria-proveer-el-acueducto-de-ibague-en-momentos-de-emergencia
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