Por: Jonathan Ortiz  - Geólogo y ambientalista

En el año 2004, el relleno sanitario La Miel comenzó sus operaciones en Ibagué bajo la promesa de ser un modelo de gestión de residuos sólidos que no solo enterraría residuos, sino que también aprovecharía los residuos para generar valor.

Hoy, en 2024, esa promesa sigue sin cumplirse. La empresa Interaseo, que opera el relleno, ha solicitado una ampliación de la licencia para continuar sus actividades, pero los problemas acumulados en estos 20 años no pueden ser ignorados.

Desde su inicio, La Miel ha sido principalmente un sitio para enterrar residuos. La idea de aprovechar los residuos, que fue vendida a la comunidad, nunca se materializó. En lugar de ello, hemos visto cómo la contaminación del suelo y los afluentes ha sido una constante, con múltiples sancionatorios abiertos por parte de la autoridad ambiental. La comunidad local ha sufrido las consecuencias, con problemas de salud pública que se han convertido en una preocupación creciente.

A pesar de estos problemas, la gerente de Interaseo ha argumentado que la oposición de la comunidad a la ampliación del relleno se debe a intereses personales de valorización y venta de tierras. Esta afirmación ignora completamente los problemas ambientales y de salud que han sido documentados a lo largo de los años.

En otras partes de la ciudad, se han entregado planes parciales que cambian el uso del suelo de rural a urbano, valorizando la tierra y permitiendo su venta, muchos sin reunir las condiciones necesarias para ser un plan parcial y más para favorecer intereses particulares. Entonces, ¿por qué ellos sí tienen derecho a valorizar la tierra y los de La Miel no? ¿Pesa más el apellido de los grandes hacendados que el de la población de La Miel, que sí presenta tantos problemas con el relleno sanitario?

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Además, existe una acción popular que defiende el derecho de la comunidad a gozar de un ambiente sano. Los lixiviados del relleno podrían contaminar el acuífero de Ibagué, poniendo en riesgo una fuente vital de agua para la ciudad. La defensa de la gerente de Interaseo parece más enfocada en proteger intereses particulares que en abordar los problemas reales que afectan a la comunidad.

En la reciente entrevista concedida a El Cronista.co, la gerente de Interaseo mencionó la posibilidad de aumentar hasta en un 35% la tarifa de aseo si no se aprueba la ampliación del relleno. Esto es especialmente preocupante considerando que Ibagué recibe residuos sólidos de 18 municipios adicionales y no ha obtenido ningún beneficio tangible para sus habitantes.

La sugerencia de aumentar las tarifas, como si estas fueran actualmente bajas, es una táctica que busca presionar a la comunidad y a las autoridades, omitiendo todas las irregularidades presentadas en el relleno durante estos 20 años.

El Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de Ibagué solo contempla La Miel como sitio para el relleno sanitario. La falta de planificación en la ciudad y la poca visión de las administraciones, no han llevado a cabo estudios que identifiquen un plan B, y eso también es una problemática que recae en la administración.

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Es hora de que Interaseo y las autoridades competentes tomen en serio el desarrollo de una economía circular que beneficie a todos. La gestión de residuos no puede seguir siendo una fuente de contaminación y problemas de salud. La comunidad de Ibagué merece un entorno limpio y saludable, y es responsabilidad de todos trabajar hacia ese objetivo.