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La cascada de aguas fecales que amenaza el río Combeima y Arboleda Campestre

La cascada de aguas fecales que amenaza el río Combeima y Arboleda Campestre

Salida del colector El Sillón, en la comuna Once de Ibagué.

En pleno río Combeima, a la altura del barrio Alto de la Cruz, se puede apreciar una caída de agua de aproximadamente ocho metros. Un turista incauto la podría confundir con una cascada o maravilla natural. Sin embargo, el ácido olor que desprende es un evidente signo de alarma y desencanto.

En realidad, se trata del colector El Sillón, por donde caen al río Combeima las aguas negras o residuales de aproximadamente 400.000 ibaguereños. Así lo denunciaron durante un recorrido por el sector, los integrantes de la Unión de Veedurías por el Agua de Ibagué (UVA) y el concejal de la Alianza Verde, Andrés Zambrano.

A la peculiar cascada se puede acceder por un predio cercano a la comuna 11 de Ibagué. Se podría pensar entonces que se trata de un líquido ajeno al que consumen los ibaguereños, pues se encuentra lejos de la principal bocatoma de la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado (IBAL), ubicada en el Cañón del Combeima. No obstante, kilómetros más abajo esta misma agua se trata para el consumo en la Arboleda Campestre.

Este es un crimen de lesa humanidad, un ataque sistemático a los 10.000 habitantes de Arboleda Campestre. En la alcantarilla El Sillón caen las aguas escorrentías que son las más peligrosas porque traen residuos de combustibles, asbesto, contaminantes emergentes. Además, llegan 50 toneladas anuales de excremento y 11 millones de litros de orina”, aseguró Henry Cortés, de UVA.

En palabras del veedor, kilómetros más abajo de la cascada, captan el agua en las bocatomas Laserna y Aceituno, para después distribuirla por canales de riego, entre otras cosas, para labores agrícolas. Sin embargo, uno de dichos canales lleva el agua hasta la planta de tratamiento del IBAL en Arboleda Campestre, proyecto urbanístico a cargo de la Constructora Bolívar.

Parece una planta de juguete, pero supuestamente es un prodigio que hace lo que no han podido hacer en otros países más desarrollados, que es potabilizar estas aguas residuales y darle de beber a 10.000 habitantes de Arboleda Campestre (…) Plomo, arsénico, mercurio y otras porquerías más de alta peligrosidad, pero esa pequeña planta las vuelve óptimas para el consumo humano. Hay que avisarle a la comunidad internacional de este gran descubrimiento”, ironizó Cortés.

Sin embargo, esta no sería la única “maravilla natural” que amenaza las aguas del principal río de Ibagué. Como El Sillón, hay otras caídas de aguas similares en los sectores de La Cartagena, Guadalejas, La Quinta, entre otros.

La preocupación de Henry Cortés comenzó desde hace tres años, por causas de complicaciones de salud que afectaron a su nieto Andy Matías Valero Cortés. Para el abuelo, la principal causa es la mala calidad de agua que recibe su nieto en Arboleda Camprestre.

Ha tenido problemas de piel, sus padres deben llevarlo constantemente al pediatra o dermatólogo, porque su piel viene siendo afectada por manchas rojas, tiene problemas gastrointestinales. Eso se queda en los anaqueles que entidades de salud nunca investigan; solo hay uno que otro doctor, que al saber dónde vive, les sugiere cuidarse y no tomar de esa agua”, asegura el abuelo.

Por su parte, Andrea Sánchez, otra integrante de UVA, cuestionó los permisos de construcción entregados en la Arboleda Campestre, sin poder garantizar el servicio de agua potable; lo cual solo podría solucionarlo el siempre prometido Acueducto Complementario.

Hay más de siete conjuntos que están tomando agua de alcantarilla, agua con no solo heces fecales, sino también pesticidas, insecticidas y demás. Varios estudios de la Universidad del Tolima así lo demuestran, están matando a la gente, y entidades como Cortolima o IBAL no hacen nada”, aseveró Andrea.

Entretanto, el concejal Zambrano indicó que apenas el 20 % de las aguas residuales en Ibagué son tratadas antes de ser arrojadas al río Combeima. Es decir, la gran mayoría llegan directamente al afluente.

Lo más problemático es que llega a la Arboleda Campestre para ser tratada en una planta de tratamiento de agua potable, cuando debería ser una planta de aguas residuales para después sí pasar a la otra planta. Una planta de agua potable tratando agua residual, eso ni en los países más desarrollados se ha logrado”, explicó.

El cabildante pidió a la alcaldesa Johana Aranda aplicar el Plan Maestro de Alcantarillado para tratar todas las aguas residuales de Ibagué y mejorar la calidad del líquido que reciben en la comuna Nueve, según estándares del Índice de Riesgo de Calidad del Agua para consumo humano (IRCA).

Arboleda Campestre no está recibiendo buena calidad de agua, tenemos evidencia de ello. Las plataformas del Ministerio de Salud muestran que este año se han realizado allí pruebas del IRCA y no sale nada favorable. Esto evidencia que están tomando agua no apta para consumo humano”, sentenció.

Por último, los veedores esperan que los entes de control, por fin investiguen y tomen medidas urgentes, especialmente con las comunidades que vienen recibiendo este tipo de aguas sin un tratamiento óptimo.

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