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Historias

‘RESAMO’ o ‘El novio del pueblo’

‘RESAMO’ o ‘El novio del pueblo’

Por Luis Gabriel Calderón


En el corregimiento del Convenio, municipio del Líbano, en los años 40, vivía la familia Sánchez Mora. Campesinos por naturaleza de cuya unión nació René, quien a sus 7 años quedó huérfano, siendo criado por su abuela Marcelina Sánchez, quien lo educó y le facilitó el acceso al estudio hasta cursar quinto de primaria.

Por su condición humilde, René desde muy niño se vio obligado a trabajar en diferentes oficios para ganar algo de dinero y poder sobrevivir dignamente. Nada en sus orígenes ni ancestros hacía presagiar que el 1 de marzo 1960, fuera nombrado por el Ministerio de Comunicaciones Telégrafos Nacionales como cartero. Su función, entregar cartas y telegramas en el corregimiento de Convenio. Lugar en el que había solo un teléfono en la oficina y llamaban a los usuarios con hora fija, años después en 1967 fue trasladado al Líbano donde fue ascendido a mensajero con una asignación mensual de $144.

Aprendió a conocer el pueblo, las calles, las carreras, a montar bicicleta, lo mismo el código morse conocido como alfabeto morse, el cual es un sistema de representación de letras y números mediante señales emitidas en forma intermitente, era la época en que se transmitían los mensajes a través de telegramas, formando las palabras con golpes, luego llegó un  sistema más sofisticado y rápido llamado  el telex.

Desde ese momento en mi pueblo había algo que tenía encanto, y era que, cuando alguien recibía a Don René Sánchez Mora en la puerta de la casa llevando una carta o un telegrama de la empresa colombiana de comunicaciones Telecom, era toda una emoción. Era curioso ver una persona que recorría todo el casco urbano en una bicicleta llevando en sus manos una cantidad de sobres para entregar puerta a puerta en las viviendas. Llevaba una planilla, la cual les hacía firmar al que recibía, esto hacía que se despertara la curiosidad general. Sobre todo, porque siempre se tenía la confianza de que entre ese montón de sobres azules y blancos podía haber una con destinatario particular.

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Entonces salían los residentes de la cuadra preguntándole si había misiva para ellos.

Para el municipio, Don René, el cartero, era un personaje reconocido. Al verlo, las personas se le acercaban para preguntarle si les había llegado una carta o el telegrama que estaban esperando de su novia, amiga, de sus padres o esperando el nombramiento.

Se veían caras de alegría cuando él buscaba entre el montón de cartas que llevaba en las manos, la dirigida a la persona que le preguntaba. O de tristeza cuando la respuesta era negativa. Es difícil describir la ansiedad que producía a aquellos que esperaban que sus familiares, amigos o sus enamorados no le llegaran una carta.

La gente veía al cartero cruzar la cuadra en donde vivía y lo primero que pensaba era: “¡Eh avemaría, me llegó lo que estaba esperando con tantas ansias, la carta que estaba esperando!”. Pero si pasaba de largo la preocupación llenaba el aliento. Miraban desconsolados cómo ese señor tocaba en los otros portones de enseguida. Y la sonrisa del que recibía el sobre le producía envidia a los demás.

Siempre recuerdo con nostalgia la labor que desempeñaba René, el cartero de mi pueblo. Sobre todo, a ese que distinguí cumpliendo con su deber y atendiendo a su gente con una sonrisa y muchos le decían ‘Rezamo’ o ‘El Novio del Pueblo’. 

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Desde muy temprano de la mañana uno lo veía recorrer las calles, siempre cumpliendo con ese deber, entregando cartas. Recuerdo como la oficina de telefonía Telecom estaba ubicada en las instalaciones del palacio municipal de la alcaldía y después fue trasladado al edificio construido por Telecon en la carrera octava avenida Los Fundadores esquina. Pero eran pocas las personas que iban a reclamar el envío. Siempre esperaban la visita de don René para que les entregara personalmente el telegrama o las cartas.

Mi amistad con René, el cartero aquel que entregaba los telegramas ha sido desde siempre, nos encontrábamos por las calles del Líbano constantemente y siempre saludando con su característica amabilidad.

A Don René Sánchez lo quieren todos aquellos habitantes que recibieron una carta o un telegrama o aquellos que han compartido con él en estos últimos años, porque es un hombre de sonrisa espontánea, siempre dispuesto a servir, se comporta con agrado, educación hacia los demás y excelente ser humano que todavía a su edad y pensionado se desplaza en su bicicleta por las calles del pueblo recordando su pasado, ojalá el Creador le de muchos años más de vida, para gozar de su amistad.

El 1 de abril de 1986 por tiempo de servicio cumplido, 25 años se pensiono a los 43 años, lleva 35 años gozando de la pensión a sus 78 años en compañía de su esposa Francely Bedoya Acosta y de sus 6 hijos William, Sergio, Iván, Edna Liliana, Jorge y Gleydis, es abuelo de 11 nietos y un biznieto, René perteneció al equipo de futbol los TRONCOSAURIOS, un equipo formado por los empleados de Telecom y la administración postal nacional, hincha del Deportes Tolima que lo hizo llorar por la derrota del 23 de diciembre de 2021 ante el Deportivo Cali, que remontó y derrotó  2-1 al Tolima por la final de vuelta de la liga Betplay en el Estadio Murillo Toro y se quedó con el título nacional en Colombia.

Gozar de la amistad y simpatía de René es algo que reconforta, porque se trata de un hombre bueno, responsable, hecho a pulso y que nunca perdió su esencia.

 

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