Por: Julián Andrés Escobar

En el marco de las campañas políticas presidenciales, han surgido álgidos debates en torno al cambio estructural de la política tradicional en Colombia. En esta ocasión, Cali fue epicentro del encuentro entre  los candidatos políticos alternativos donde asistieron la candidata presidencial  Claudia López, y los candidatos Sergio fajardo, Frank Pearl y por supuesto, el líder de la izquierda política colombiana Gustavo Petro.  La zozobra qué invadió este espacio orbitó frente a la enfermedad terminal  que carcome diariamente nuestro país, la corrupción y la paulatina ineptitud del sector público en atender problemas sociales como la salud, educación y recursos naturales.

Evidentemente, es en esta  coyuntura de campañas donde se hace imperativo  pensar en una verdadera alianza política que afronte la ya destapada mafia corrupta  de nuestro país, encabezado  por algunos mandatarios ya investigados del poder judicial, ejecutivo, legislativo y su enarbolado objetivo por destruir lo pactado en la Habana durante estos 7 cansones años de negociación, por supuesto, porque tienen miedo de la justicia.

Ante este panorama, fue curioso escuchar la propuesta que hizo Gustavo Petro a los otros candidatos presidenciales donde  les exclamo con  tono propositivo y alarmante;“o nos unimos o al país se lo lleva el que sabemos”, frase que sin duda alguna dejó atónitos  tanto a los asistentes como a los mismos candidatos quienes saben que  existe una profunda divergencia entre la manera de pensar y hacer política, entendiendo naturalmente, que  la oligarquía del país utilizara todo el aparato Estatal para hundir la imagen de una política más social que ha abanderado todos los procesos políticos contra  la corrupción.

¿Y cómo no? Los medios de comunicación masivos han ocultado verdaderamente los actores intelectuales de la decadencia Estatal. Ahora, no saben cómo negar la profunda crisis institucional por la que atraviesa nuestro gobierno en materia de mermelada y el robo de nuestro erario con fines lucrativos individuales. Pero lo que si saben los corruptos, es cómo lavarse  las manos cuando crean calumnias en contra de los representantes de la Alianza verde, los Progresistas y el Polo Democrático entre otros partidos alternativos. ¡Que no se nos olvide quienes son los que dividen el país a partir de los medios de comunicación¡ es en este panorama, donde Gustavo Petro puso el dedo sobre la llaga. La unión de varios sectores antagónicos que dicen actuar en la política de centro- izquierda es la única opción para acabar de raíz el mal que aqueja a Colombia.

Sin embargo, ¿cómo se organizará la ya dividida izquierda colombiana, entendiendo claro está, que entre Enrique  Robledo, Claudia López  y Sergio Fajardo existe una profunda diferencia ideológica con Gustavo Petro? Sabiendo que este último candidato, quien con una lúcida propuesta, pretende socavar el proyecto de explotación social encabezado por  las familias tradicionales que nos han gobernado durante 200 años; eso no lo sabemos cómo ciudadanos, pero confiemos que se haga.

Sin duda alguna, estamos ante un hito histórico en la política colombiana, eso lo entiende a la perfección Gustavo Petro. La historia nos proyecta alternativas que duelen, pero que pueden subsanar y mediar la crisis por la que atravesamos como colombianos. Algunos no les gusta la idea de la coalición, a otros por el contrario, nos encanta pensar que la historia moldea constantemente las formas de revolución política a través de la democracia. Si dicha alianza se materializara en beneficio del país, que sea toda una realidad. Petro dijo lo que muchos hemos querido escuchar, un gran equipo anti corrupción del cual se  impulse una reforma política, económica y por lo tanto social en nuestro herido territorio. Ahora lo que se vendrá, es la calibrada interna entre los partidos de izquierda para poner en marcha dicha coalición, o espero con ansias que así sea, o si no, que entre el diablo y escoja.