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M. Jaramillo regresa al timón del liberalismo del Tolima

M. Jaramillo regresa al timón del liberalismo del Tolima

 

Por: Humberto Leyton

Sin duda, unas de las noticias inesperadas que arrojó la convención del partido Liberal, el pasado 19 de enero en Ibagué, fue el anuncio que formuló al final de su discurso el dirigente máximo de esa colectividad en el departamento, Mauricio Jaramillo Martínez: "Tomé la decisión de no claudicar y seguiré vigente en la política. No me iré a los cuarteles de invierno sino que enfrentaré con vigor la campaña electoral".

Esta revelación la hizo después de haber hecho un recuento de los actos de corrupción de la administración del gobernador Óscar Barreto, concluyendo en un comparativo de las últimas cinco licitaciones públicas de la administración actual donde solo se han presentado dos proponentes y se ha habilitado a uno. El de las preferencias del gobierno.

Entretanto, en la administración del liberal Luis Carlos Delgado Peñón, se presentaban 44 proponentes y quedaban habilitados 36; luego se refirió a los contratos de prestación de servicios donde el gobierno de las "Soluciones que Transforman",  en los primeros tres años ha invertido cerca de 200 mil millones en este tipo de contrataciones para tener todo un ejército al servicio de las candidaturas a corporaciones públicas que apoya su administración, mientras el periodo de los cuatro años de Delgado Peñón, solo se gastaron 90 mil millones de peros; es decir, una diferencia de 110 mil millones.  

Motivado, según el dirigente político por este panorama oscuro del departamento, decidió volver de nuevo a la política activa del liberalismo tolimense.

Pero este regreso trae más consecuencias, una de ellas, en nuestro criterio, es reforzar la dirección departamental y municipal del partido del general Uribe y Gaitán. Los quebrantos de salud que aquejan al exsenador Guillermo Santos, que ojalá sean pronto superados, obligan urgentemente a ello. Y de hecho, en la misma convención Mauricio Jaramillo hizo un homenaje y reconocimiento a la honestidad y pulcritud de Delgado Peñón, quien también se reincorporará al equipo de trabajo que conformará el ahora timonel del liberalismo tolimense.

Pese a lo que se diga, y respetando las opiniones de enemigos y malquerientes de Jaramillo, sobre su carácter temperamental y el famoso "perrero", este dirigente es todo lo contrario. Es un fino conciliador de posiciones de las diferentes tendencias que existen en el liberalismo, las coordina en aspectos de políticas generales, además, de ser un experto en el manejo de relaciones y guarismos electorales.

El tener nuevamente la jefatura de Jaramillo, además de imprimirle su sello e identidad, significa que los grupos y grupúsculos que se han formado al interior de la dirección del partido no serán ruedas sueltas que trabajan para beneficio personal o su microempresita política. Sin que pierdan su libertad para actuar, deberán trabajar por objetivos de interés generales de la colectividad y de la sociedad. En una palabra, tendrán que ejercer su liderazgo en beneficio de una causa no en el propio.

Y en cuanto a la disciplina, no será para perros, y parte de esta ella, la mencionó en su discurso cuando se refirió a los diputados mermelados: Graciela Vergara, a quien prácticamente sacó de la toldas de su movimiento e hizo un llamado severo de atención a Jaime Ospina y Ever Tovar, de quienes dijo que únicamente van cada cuatro años por los avales liberales y luego se voltean al mejor postor, sin importarles los principios, programas y propuestas del partido.

Resumiendo, Mauricio Jaramillo, llega en un momento crucial a asumir nuevamente la dirección de su partido en una crisis como pocas ha tenido, y su tarea será regresarlo a los primeros puestos del ranquin de la política del Tolima donde históricamente ha figurado. Tiene sobradas condiciones y capacidades para hacerlo, las  demostró dirigiendo la convención liberal del sábado pasado en la que participaron más de 800 personas, donde con inteligencia y experiencia evitó un posible fraccionamiento entre seguidores del exsenador Santos y Olga Beatriz González, ambos aspirante a la gobernación, postergando esta decisión hasta que se tenga una amplia coalición de fuerzas políticas sin vetos, para someter los nombres a consideración de los posibles aliados para las elecciones del domingo 27 de octubre de 2019.

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"No nos gusta jugar con cartas marcadas, y el candidato que apoyemos tiene que tener el respaldo de todos los que participen en este frente, además de tener un programa común de gobierno", preciso Jaramillo.

El barco liberal del Tolima tiene timonel, ahora falta esperar hacia qué puerto se dirige.

       

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