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Los oídos sordos del Gobierno Petro

Los oídos sordos del Gobierno Petro

Por: Oscar Viña Pardo.


Los vasos comunicantes del gobierno nacional con los gobernadores y alcaldes de ciudades capitales no son buenos, con los empresarios y gremios, tampoco. Se siente un tufillo de centralismo puro, en donde salen a decir que se concretan las cosas, pero al final siguen siendo los mismos textos y las mismas practicas administrativas.

Llevamos más de trece meses enfrascados en lo mismo. Posiciones contrarias al gobierno Petro, algunas justificadas, otras no, se convierten en un canto a la bandera. Pasiones de la izquierda, pasiones de la derecha, hacen que no existan puntos de conciliación y que se sienta una imposición total.

Los medios de comunicación en ese papel de ser los que informan los hechos del día a día con sus periodistas han tomado partido de acuerdo con las necesidades de sus dueños. Se pasó de una comunicación lineal a una de opinión, donde todos trasgredimos la verdad, esa que se quiere imponer a la fuerza a como de lugar. 

He insistido que este gobierno no tiene línea comunicativa, y se siente esa desconexión en sus dependencias, empezando por la misma Presidencia, donde la pasión se apodera de la información, botando todo al traste. Ni que decir en los ministerios, en algunos de ellos esa incertidumbre, desidia y miedo al cambio los ha llevado a porcentajes de ejecución mínimas como lo han referenciado en el Congreso.

Si bien es cierto, la oportunidad histórica de la izquierda recae en este primer gobierno, se les olvidó que no gobiernan para los más de 10 millones de colombianos que votaron por ese cambio, sino que tienen a sus espaldas el clamor y necesidades de 50 millones de personas, sin importar si son del estrato uno o seis, al fin y al cabo, todos somos colombianos.

Las reformas se hacen desde el consenso, no desde el disenso, so pena de repetir lo mismo en el Congreso de plan tortuga, retiro de ponencias, estado de opinión de los extremos ideológicos, falta de recursos económicos que soporten las mismas propuestas de cambio. 

Alguien dijo alguna vez, una cosa es Suaza y una muy diferente es Suiza.

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