Columnistas
Las cifras criminales o leerse de nuevo “El diablo de los Números”
Por: Luis Orlando Ávila Hernández
Ingeniero agrónomo
Una vez firmada e iniciada la Paz Estable y Duradera al conflicto social y armado, entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC – EP, se les acabó la inexorable excusa que ante todos los males sociales en el campo y en la ciudad, vapuleaban diariamente – sincontexto ni datos objetivos –una prensa de derecha – que es casi toda – y unas disfuncionales oficinas de Ejército y de Policía, quienes por antonomasia y, tal vez, por justificar los enormes recursos públicos gastados en salarios y publicidad, sirven de alimentoa una privilegiada burocracia sin sentido, antes o después de la firma.
La criminalidad es visible. Ningún hampón o criminal – de ghetto o de cuello blanco – tuvo que pagar un solo peso a un lobista para esa visibilización. Solo la voluntad concretizada de dos ejércitos en conflicto por superar una guerra social, hicieron posible el mostrarnos como somos: una sociedad proclive al despojo de lo ajenoy a conseguir fortuna sin trabajar.
Por ello, el oir en radio, ver en TV o leer en la web o en la prensa, de boca o por teclado de los avezados columnistas de la derecha o de los oficiales de Policía o de Ejercito, nacionales o regionales, de sus informes “estadísticos” sobre disminución de los crímenes individuales o sociales, deja un mal sabor que nos intuye a que no se asistió plenamente a las clases de matemáticas elementales.
Es un oxímoron el enterarse en esos informes, que hoy el crimen tal, “estuvo” por debajo de la “misma cifra” en el año tal. O como suelen destacar los mismos – al decir de Pombo, muy tiesos muy majos – que la “estadística” “arroja (sic)” una reducción “comparativamente” a la cifra tal.
La estadística es una aplicación de la matemática y esta es a su vez una ciencia exacta basada en abstracciones (números y signos) que solo existen en la mente de los seres humanos. Por ahora.
Por ello como abstracción aplicada, debe contextualizarse y de ello está inundada la misma estadística: muestra, población, universo, frecuencia, media, determinación, desviación, varianza, regresión, progresión, etc.
Así que hacer uso – en los datos criminales invisibilizados por décadas – dela sola “frecuencia” (comparar por comparar medias), sin ton ni son, fuera de ser un exabrupto matemático, podría configurar una falsedad ideológica, que es maña vieja de los columnistas de derecha, pero que es un delito para cualquier funcionario público.
Que bien le vendría a los funcionarios civiles de las oficinas estadísticas de Policía y de Ejército, leer o releer “El Diablo de las Números”, con ello, además de rendir un justo homenaje a sus colegas que diariamente, con o sin estadística, combaten los crímenes, o el evitar una posible indagación, parafrasearían aquel manoseado adagio que “en tierra de ciegos, el tuerto es rey”.
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