Opinión

Por: Humberto Leyton

No sabemos si los que dicen que hay más barretismo que conservatimo en el Tolima, tiene la razón o no, pero lo que es evidente es que los votos que tiene el gobernador Óscar Barreto irán repartidos en cuatro o más candidatos a la alcaldía de Ibagué.

Esto significa que pese a tener las mayorías absolutas y la fuerza suficiente dentro de su partido, para señalar sus preferencias por Andrés Fabián Hurtado, el mandatario seccional no tiene la disponibilidad ni la voluntad de sus electores para que sufraguen  por el señalado. Todo parece indicar que las preferencias de los amigos, seguidores, empleados y contratistas de la administración departamental son variados y diferentes.

Por lo que se observa, Hurtado es un candidato fallido que no logró cuajar y que recibió la estocada final con el lanzamiento de José Barreto, que comenzó a desmantelar esa candidatura. La mayoría de asistentes al hotel Casa Morales, eran precisamente dirigentes y seguidores de las huestes que el gobernador tiene en los barrios de la capital del Tolima, lo que sirvió de termómetro para medir fuerzas y equiparar el peso de cada candidato; además de prestarse para obvios comentarios que de inmediato surgieron en el sentido que había comenzado el desmonte de la candidatura Hurtado. Y con sobrada razón.

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El tiempo viene demostrando que el candidato inicialmente escogido por el Jefe de las mayorías conservadoras no era el indicado. No tenía musculo electoral ni mucho menos despertó interés en la bases conservadoras; al parecer tuvo un efecto contrario por diversos motivos, entre ellos la conversión de liberal a conservador, y que en un periodo tan breve de menos de un año de haber sufrido esa metamorfosis política. ya quisiera aspirar al primer cargo público de la ciudad.

Los conservadores no se comieron el cuento que los liberales devoraron con Luis H. Rodríguez, quien faltando seis meses para las elecciones se volteó oportunistamente para obtener el aval Liberal y ya todos conocemos los resultados de esta desastrosa y corrupta administración. Al menos, los conservadores fueron más cuidadosos y selectivos al momento de elegir a sus candidatos.

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Esta fotografía de la realidad política y el poco calado de Hurtado, en las filas barretistas del conservatismo, dispersó al electorado de este movimiento, y por eso, es común escuchar que algunos dirigentes van a votar por Alfredo Bocanegra, otros por José Barreto y Jaime Eduardo Reyes, entre otros. Algo así como conservador vota conservador y no por oportunistas. Esto sin añadirle los problemas judiciales que afronta el candidato elegido por Barreto que le complican más su situación.

Entendemos que ya la dirigencia barretista decidió no dispersar fuerzas y concentrarse en mantener la gobernación a través de Ricardo Orozco, mientras que la pelea por la alcaldía pasa a un segundo plano y que buscará llegar a un acuerdo con cualquiera de los candidatos ya citados, o buscar otro que no hemos previsto aun; pero de todas maneras estrategia acertada, hay que reconocerlo, de no gastar pólvora en imposibles políticos y apuntarle a la dina, donde como van las cosas,  pueden hacer blanco.

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Así las cosas, la votación de Barreto es una flor con diversos pétalos donde cada uno se llevará sus votos y el pistilo saldrá de juego sin haberse reproducido.