Por: Humberto Leyton

Con el componente folclórico y de picaresca de la política parroquial, se filtran unas declaraciones de una reunión, que se suponía privada, de integrantes del Centro Democrático donde trazan estrategias políticas con miras a los acuerdos o componendas con otros sectores políticos para las elecciones del 27 de octubre de 2019, en el Tolima e Ibagué.

De inmediato vino a mi menoría el escándalo de Watergate, un episodio político de espionaje que tuvo lugar en los Estado Unidos en la década de los 70, que a la larga cobro la presidencia de Nixon, al ser revelados documentos y grabaciones que comprobaban los actos de fisgoneo o vigilancia de los Republicanos contra los Demócratas en la campaña electoral de la época en el país del norte.

Aquí, no con los mismos propósitos y en circunstancias totalmente diferentes, salen a conocimiento del público a través de la redes sociales y unos portales, los apartes, posiblemente seleccionados y editados para filtrar, de una grabación que hizo alguien de los asistentes a una reunión que se celebró en el hotel Dann de Ibagué, el pasado fin de semana, donde concurrieron entre otros, la senadora Paloma Valencia, el Representante Ricardo Ferro, el diputado Miltón Restrepo y Gustavo Ramos, según lo conocido hasta el momento. Allí, se revelaron algunos nombres que podrían entrar a jugar como candidatos a la gobernación del Tolima y la alcaldía de Ibagué, entre los que figuran el dirigente arrocero del Espinal, Juan Pablo Rodríguez, (Centro Democrático) y Guillermo Santos (Liberal) para la alcaldía, y prácticamente se descartó el de Carlos Edward Osorio, por estar mencionado en el proceso de desfalco de los Juegos Nacionales 2015 de Ibagué, como presunto beneficiario.

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Aunque no es raro, ni tampoco es la primera vez, ni será la última, que alguien grabe o tome fotografías de una reunión política que se considera secreta o privada, lo cierto es que la filtración que se hizo de esta reunión del Centro Democrático, tiene sus objetivos claros y trata de beneficiar  ¿o presionar? a un candidato que aspira y que se siente excluido de la repartija.

Ahora todos los que asistieron a la reunión del hotel Dann del CD están buscando el infidente que filtró las grabaciones. Creo que su nombre se puede conocer dentro de algunos años como una anécdota de la política de café y no pasará nada más. Por ahora, se pueden echar la culpa mutuamente, pero las chuzadas y las grabaciones subrepticias son métodos de trabajo propios del uribismo. ¿Entonces de qué se aterran?  

Es claro que el nombre de uno de los ignorados en este baile fue Rubén Darío Correa, director de uno de los noticiero de RCN, quien aspira a ser el único candidato por el CD a la alcaldía de Ibagué, y que de hecho a puesto al servicio de su candidatura y de su partido el noticiero que dirige. Este pues, es el más afectado, al menos en esta conversaciones, donde incluso participaron sus mentores: Gustavo Ramos y Ricardo Ferro.

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El mensaje de la grabación filtrada se puede interpretar de dos maneras: una, que se trata de notificar a Correa que no tiene posibilidades de ser ni siquiera candidato a la alcaldía; dos, que se quiere dar conocer a la opinión el desconocimiento que hace la dirigencia del CD, al supuestamente, candidato más fuerte que tenían para la alcaldía. En este caso, sería para lanzar un globo y tantear qué apoyo popular tiene y que la gente se rebelara o exigiera la inclusión de su nombre en este arreglo, pero nada de esto sucederá.

Con el debido respeto, Correa no cuenta con la musculatura política para hacer sentir su candidatura ni tampoco la estructura de un movimiento serio que la apoye. Es más oropel de micrófono que realidad política y de organización.

Quienes tenemos alguna experiencia y conocimiento en el análisis de la actividad política, y hemos leído algo de Nicolás Maquiavelo y  Joseph Fouché, podemos traducir sus enseñanzas, en este caso, y en lenguaje popular: a Rubén Darío Correa, lo dejaron colgado de la brocha. Lo descabezaron.