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De babosadas, “mis” policías y otras argucias

De babosadas, “mis” policías y otras argucias

Opinión

 

Por: Luis Orlando Ávila Hernández

Corría el año 2008, el Tolima en manos de la más recalcitrante ultraderecha genuflexa al entonces hoy expresidente más investigado, 28 procesos para ser exactos, solamente en la Corte Suprema de Justicia,  a los que nunca ha sido citado hasta hoy, quien por ser Honorable, tiene a algunos de sus propios amigos y excolegas en fuga o en prisión.

Por su parte, maricas que no gays, ha habido en el poder tolimense e ibaguereño, desde la delincuencial visita a Ibagué del igualmente homosexual antioqueño Porfirio Barba Jacob a inicios de los 30 del siglo anterior, para robar a las arcas departamentales, como él mismo lo confesara poéticamente, como es la costumbre.

Por ello aquel año, 2008, dio para que el arrecho Gobernador de entonces, hoy re-editando vergüenzas enclosetadas, pusiera en riesgo a su misma familia con el repetido remoquete funambulesco diario de “mis” policías y “mis” soldados, canturreo adiestrado desde la misma casa de “Nari” para disfrazar la arremetida paramilitar en los llanos y laderas tolimenses.

Entonces no le importaba, si estos ejecutaban “babosadas”, solo los ríos de sangre que pidiera extasiado el otrora señor exjefe militar que está ad portas de irse para la Haya a pagar sus crímenes de lesa humanidad.

Mientras tanto la izquierda light y de puestos, hacía de las suyas, dándole el oportuno mentís al otrora gobernante apoligizador de criminales, que no babosos de hoy, mientras corriera a su favor el contrato o la coima.

Sin embargo solo faltó que unos mequetrefes empleados de las decenas de bandolas del inframundo del crimen organizado de Ibagué, les diera por llevarse pistola en mano pírricos 10 millones de pesos de sus riquezas familiares, para que el otrora gobernante “mis” se fuera lanza en ristre contra sus admirados de ayer, los de los ríos de sangre.

Pudiera uno decir que 10 millones de las bandolas frente a 340 millones de abonos chiviados (robados por sus contratistas) de su Secretario de Agricultura de la nepotista familia Alvarado a los más pobres de uno de los municipios más pobres, Rovira, sea una exégesis.

Liberales, godos, la infaltable U insuflada con las antiguas sangres santofimistas, los reaccionarios del Centro Democrático, el proxenetismo del Cambio Radical y como no la oportuna izquierda de puestos, prestos estarán a la defensa de los 10 millones.

Los 340, babosada, cosa nimia, como nimia su moral.

Sin embargo, el coronel espetó, como en el Coronel no tiene quien le escriba(1961), que eran babosadas del robado gobernante antiguo “mis” hoy ventajoso pro Paz, como la de su moral nimia.

Pero olvidó el coronel que él no tiene un gallo al cual hablarle como al de García Márquez y que solo le debe obediencia al gobernante robado. 

No al de los 340 de la pobrecía sino al de los 10 familiares.

Por eso la condena, no la de la bandola sino la del coronel.  No la del Secretario de familia conocida sino la del coronel.

Olvida el coronel que le debe obediencia a la clase política y a sus socios del hampa, en disparar y preguntar después, en el gatillo fácil, en el falso positivo, en ser “su” soldado, “su” policía, para lo que a bien estimen.

Puede ser (soñemos) que el coronel se negó a obedecer, como aquel personaje de la película de Guillermo del Toro, El Laberinto del Fauno (2006), donde el medico el doctor Ferreiro (Álex Angulo) cuando descubierto por ayudar a la guerrilla republicana, increpa al padrastro de Ofelia, el capitán de la Policía Armada, Vidal (Sergi López), encargado de eliminar los últimos indicios de la guerrilla republicanaescondida en los montes después de la guerra civil en 1944: “¿Por qué  no me obedeció doctor?” Pregunta Vidal, “Es que obedecer por obedecer así sin pensarlo, eso solo lo hace gentes como usted, Capitán” contesta el médico y dándole la espalda, recibe su tiro.

Pero no, solo el coronel se fue (lo fueron) de vacaciones no sin antes, como es costumbre, pedirle perdón al de los 10 familiares, no al de los 340 de los pobres de Rovira.

Era una babosada, tenían razón ambos cuando se increparon mutuamente.

Que son 340 ajenos, de la pobrecía, frente a los 10 familiares.

Ni maricas que fuéramos, para no entender semejante babosada.  

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