Después de conocidos los resultados de la encuesta del Centro Democrático favorables a Mauricio Pinto, se desató una batalla entre sus seguidores, comentaristas, periodistas y medios de comunicación, donde cierran la campaña con Ricardo Orozco y Mauricio Pinto, y no dejan campo para ninguno más.

Se les olvida que aún no está clarificado el aval de la señora Rosmery Martínez, y que sigue siendo candidata hasta tanto, ella como los partidos y movimientos que la respaldan, entre ellos Cambio Radical y el partido Liberal, tomen una decisión frente a los resultados del sondeo y qué actitud política van a tomar en adelante.

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Pensamos que están equivocados quienes opinan que Orozco y Pinto, polarizaran la campaña electoral a la gobernación del Tolima. Ninguno de los dos cuenta con fuerza suficiente que indique que va arrasar en los comicios del 27 de octubre próximo, por el contrario, el ingreso de Pinto al debate, le divide la votación a Orozco y, como consecuencia lógica y matemática, debilita esa opción, pero no fortalece la propia.

Estamos de acuerdo con el dirigente liberal Disraeli Labrador, quien plantea esta situación recordándonos que el candidato del Centro Democrático nació como dirigente político en las todas de Óscar Barreto, y por tanto, es conocedor de las bases barretistas en el partido conservador, con amigos dentro de de ese movimiento, hasta el punto que una alta funcionaria de la gobernación renunció hace unos días, precisamente para dedicarse a esa campaña. Se agrega también, que Pinto, recoge el inconformismo barretista que existe y de qué manera, que no está dispuesto a votar por Orozco. Estos aspectos son innegables y no queda duda que Pinto divide no solo al conservatismo sino al barretismo. 

Así el candidato de la gobernación tenga contratistas, funcionarios, tractomulas repartiendo abonos y gallinas ponedoras, lo cierto es que el triunfalismo anticipado de la campaña de Orozco, sin haber recibido la credencial como gobernador, se le puede descarrilar. No tiene nada ganado.

Por otra parte, todos los apoyos que le están adjudicando a Pinto, hasta el momento no son ciertos. Ni el partido Liberal ni Rosmery Martínez de Cambio Radical, han manifestado nada distinto que sostener la alianza que tienen hasta tanto se defina el aval, que debe de ser la próxima semana. En consecuencia,  la campaña de Mauricio Pinto, no puede contar en su haber con algo que no tiene, No puede hacer cuentas alegres.

Y por si acaso, se debe recordar que las coaliciones son el producto de unas intensas negociaciones y acuerdos, donde nadie llega arrodillado y todos tienen los mismos deberes y derechos, así unos seas más fuertes que otros. De tal manera, al candidato del Centro Democrático, no le pueden sumar alegremente partidos o movimientos que no tiene.

En este marco, no se puede desconocer a una candidata que, aunque afronte dificultades, puede salir favorecida con el surgimiento de la candidatura del C.D. al fraccionar la campaña, de Orozco. Rosmery Martínez, o la persona que la reemplace, bien sea Olga Beatriz González o Luis Carlos Delgado Peñón, cualquiera de ellos tiene posibilidades de ganar.

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Es más, el C.D. por la votación que tiene regional con un solo diputado, cuya lista saco cerca de 20 mil votos, y una alcaldía en coalición con otros partidos, no está en condiciones de exigir mucho. No es Uribe el candidato a la gobernación.

La situación actual a la gobernación del Tolima con la oficialización de la candidatura de Mauricio Pinto, puso el debate más interesante, tanto así, que podría ganar un tercero, el que no está en las cuentas de ciertos medios y periodistas fletados, tal y como sucedió hace 4 años con la alcaldía de Ibagué.