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Análisis

Navidad de paros y cacerolas

Navidad de paros y cacerolas

Los pesebres de Belén introducidos a nuestras costumbres y credos religiosos desde los tiempos de la invasión española, ahora están siendo desplazados por el Santa de Coca-Cola, la bebida del imperio, y el Árbol de Navidad, pero sin duda, lo que marca estas fiestas en 2019, son las luchas callejeras.

Estas se expresan en manifestaciones, paros, cacerolazos, marchas, conciertos musicales, actos deportivos, culturales y toda una serie de actividades relacionadas con la protesta social, que en nuestro país irrumpió espontáneamente hace menos de un mes (21N), y que perdura hasta el momento, sin que el gobierno daltónico de Iván Duque se percate a fondo de qué es lo que está ocurriendo. "De qué me hablas viejo". 

Nunca antes en la historia del país una movilización social había demorado tanto tiempo, muchos menos en temporadas navideña, época que consideran muerta para realizar este tipo de actos, los dirigentes políticos, psicólogos y sociólogos, al considerar que la gente entra en un periodo de letargo familiar y de espíritu navideño al decir de Dickens, donde todo el mundo se concentra en esta fecha y no hay campo para pensar en más nada. Pues tal parece que los motivos de las marchas no han desaparecido y el furor de la lucha se mantiene intacta. 

Las acusaciones y sindicaciones ridículas de la Vicepresidenta Martha Lucía Ramírez, en el sentido que a este movimiento social lo está instigando y financiando Rusia y Venezuela, se le convirtieron en un bumerán, pues la redes sociales y la ciudadanía en tono irónico y sarcástico a través de memes y mensajes que se han vuelto virales, no han hecho cosa distinta que mamarle gallo a la alta funcionaria. Afirmaciones pasadas de moda que ya no asustan a nadie. 

Los hechos son tozudos, y ya ni el Foro de Sao Paulo, ni Petro, ni Rusia, ni Venezuela, ni nada de lo que se inventen en el futuro para desprestigiar y descalificar las luchas del movimiento de masas que se ha levantado, les va a funcionar. Ni el miedo ni el Esmad. 
El hecho que en plenos Aguinaldos, las gentes permanezcan en la calles protestando y que no muestren señales de cansancio, es muestra inequívoca del cansancio que existe en el pueblo que no aguanta más arbitrariedades de las clases dirigentes que solo buscan empobrecer a la clase media y enviar a la miseria absoluta a los pobres.  
 
Por eso, estas luchas de los 'Indignados', 'Descamisados', de las cacerolas o como se les quiera llamar, busca transformaciones económicas, sociales, políticas y culturales de fondo, no de simples retoques. 

El modelo neoliberal  debe desaparecer como sistema de hacer más ricos a los ricos y más pobres a los pobres.

El problema no es de derechas, izquierdas o centros, el  problema es de hambre y necesidades como lo dijera Gaitán; por eso, en las movilizaciones participan todas las banderas, heraldos y credos. 

El momento de movilizaciones y luchas de masas que estamos viviendo, es tan formidable para exigir los cambios que se necesitan, que en Chile llevan más de 55 días llenando plazas y alamedas, y aquí en Colombia ni el Niño Dios de Navidad ha frenado las manifestaciones de inconformidad, porque hasta los pesebres, villancicos, árboles y mensajes de Navidad se han vuelto trincheras para luchar por un  futuro mejor.

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