Es preciso reconocer el valor y, hasta el heroísmo, que ha demostrado la Corte Suprema de Justicia, como único poder que permanece independiente del Ejecutivo. 

Ya el gobierno Uribe-Duque, tiene cooptados el legislativo en su absoluta mayoría y ahora todos los organismos de control: Fiscalía (Francisco Barbosa), Contraloría (Carlos Felipe Córdoba) y Procuraduría (Margarita Cabello), de tal manera que la cacareada división de poderes sobre las cuales se cimentaba la democracia de papel que tenemos, pasó a mejor vida. De ahora en adelante, como lo han afirmado muchos, pasamos a una 'dictadura' democrática donde todos los poderes y contrapoderes pasan a manos del presidente Uribe-Duque, donde el único que permanece independiente es el poder judicial gracias a la actitud que ha mostrado la Corte Suprema de Justicia frente al Ejecutivo. 

El hecho que la señora Cabello sea la primera mujer que desempeña la Procuraduría es lo de menos. Aquí el problema es que los tres organismos de control conocidos como las IAS, Fiscalía, Procuraduría y Contraloría, quedaron en manos de personas de entera confianza del Presidente Uribe-Duque, y por cuya voluntad fueron elegidos en sus cargos, y por ende, con dudosa intendencia para ejércelos. 
Y a ello, se le agrega que también la elección del nuevo Defensor del Pueblo, Carlos Camargo, hombre del Presidente. 

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En suma tenemos que la independencia de los poderes se perdió en Colombia, y que todo quedó concentrado en la Presidencia de la República, propio de un régimen autoritario con excesiva concentración de poder, donde no hay cabida a los contrapesos y contrapoderes mucho menos al disenso. 

Además, se añade el último escándalo de la actual administración con el espionaje, el gobierno lo llama monitoreo, a 450 periodistas que califica de negativos, positivos y neutrales,  sobre los que dicen y piensan de la administración central nacional.    

Y pensar que por estas mismas razones el presidente ninguneado de los colombianos critica cada vez que puede al su homólogo de Venezuela. Allá de izquierda y aquí de derecha, pero en el fondo son lo mismo, los extremos se unen. 

En estas condiciones, y en las circunstancias actuales, solo queda que los verdaderos demócratas ofrezcan apoyo y respaldo a la Corte Suprema de Justicia, víctima de despiadados ataques por parte del Ejecutivo, de los grandes medios de comunicación nacionales, y obviamente de los sectores políticos de la ultraderecha encabezados por el Centro Democrático que politizaron un proceso judicial contra el expresidente y exsenador Álvaro Uribe Vélez. 

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No cabe duda que el poder judicial representado en su máxima Corte, es el único que ha mostrado independencia de la férula del régimen que se quitó la careta para mostrarse tal y como es: autoritario, disfrazado de democrático. 

Por eso, no queda otra alternativa que resistir ante el embate que se avecina contra la justicia (Corte única para ellos los uribistas), las con quistas sociales de la clase media, los trabajadores, los derechos humanos, la democracia. Ya el proceso penal contra Uribe lo quieren volver político para las elecciones de 2022. 

Ante tanta concentración de poder por parte del Presidente Uribe-Duque, no queda otra alternativa que respaldar la independencia de la Corte Suprema de Justicia. Rechazar los infames ataques de que es objeto por parte de los sectores más retardatarios y oscuros del país, y luchar por ampliar la democracia y regresar al país a un verdaderos Estado Social de Derecho.