Ricardo Cadavid es un hombre ampliamente conocido en las calles de Ibagué y el Tolima, pero principalmente en las tarimas, donde alguna vez se ha contado un cuento. Se graduó como actor de la academia Ronald Ayazo, fue bailarín del grupo de Toto La Momposina, en la década de los 90’s perteneció al grupo ‘Cuento con todos’ del Teatro Popular de Bogotá y ha representado a Colombia en diversos festivales internacionales de oralidad.

Cadavid también fue director durante varios años de la Fundación Abrapalabra y del Festival Internacional de la Oralidad ‘Mundopalabra’, evento de oralidad que se realizaba anualmente en la capital tolimense. En el 2020 ocupó la secretaría de Cultura de Ibagué, al parecer eso no era lo suyo, allí solo duró seis meses.

El pasado jueves 30 de marzo, realizó la celebración de sus 40 años de vida artística con el espectáculo de narración oral ‘Los cuentos del eterno femenino: Historias de mujeres’ en el Teatro Tolima. Ante una plaza totalmente llena y tras una gran obra, en El Cronista.co dialogamos con el artista.

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El Cronista.co: ¿La primera vez que se subió a un escenario esperó durar tanto tiempo ahí arriba? ¿Qué significan para usted 40 años de vida artística?

Ricardo Cadavid: Significa pastas para el reumatismo, significa cuidar la atención arterial, pero sobre todo es la satisfacción de poder encontrar los escenarios llenos, la respuesta de la gente. Dicen que nadie es profeta en su tierra, pero para mí es hermoso ver que después de tanto tiempo este teatro, donde hace 38 años me presenté por primera vez, vuelve a llenarse. Son muchos recuerdos y emociones, es hermoso.

EC: ¿Qué hay sobre ‘Cuentos del eterno femenino’? ¿A qué invita esta obra?

RC: Creo que, a los hombres, no a la humanidad, nos corresponde reflexionar mucho sobre lo femenino. Hemos sido sexistas, maltratadores, pero también hemos sufrido y es muy difícil conciliarlo. Debemos reflexionar sobre nuestra actitud frente a lo femenino, es importante porque conocer el punto de vista femenino es saber la otra mitad de la verdad.

Casi siempre cuando se echan discursos se cuestiona mucho el papel de la religión en los aspectos patriarcales, a mí me gusta decirle a la gente si se aproxima con amor a un texto, cualquiera que sea, puede encontrar luz y encontrar vida. Las historias de las tribus de Israel, la historia de Lilith, los poemas de Ochaíta, la reflexión de la gente sobre lo que merece aplausos y lo que no, es hermoso.

EC: ¿Qué podemos esperar de Ricardo Cadavid en los próximos años?

RC: Espero en mi carrera artística poder presentar este espectáculo de mujeres en municipios y barrios populares. Me encantaría también volver a ciudades como Bogotá o Medellín a hacer estas presentaciones, que se hacen desde aquí, desde la provincia, y que son chéveres de mostrar en las grandes capitales, porque acá también construimos propuestas escénicas valiosas y hermosas.

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EC: Desde su posición como artista, ¿qué dificultades ve en la escena cultural de la ciudad? ¿Qué requiere Ibagué en temas culturales?

RC: Hay gente en los barrios populares que nunca han visto un cuentero, las propuestas son bastante limitadas y eso hay que mejorarlo. Ibagué es capital latinoamericana de la cultura y también capital musical ante la UNESCO, yo creo que Ibagué requiere mejorar sus escenarios, requiere dar un trabajo más digno a los artistas, al igual que fortalecer la cultura como desarrollo económico de la ciudad, que también es una posibilidad.

EC: Tras su salida de la Secretaría de Cultura en 2020, ¿aún quedan ganas de participar en política?

RC: Debemos revisar muy bien nuestra dimensión política, todo el proceso de la toma de decisiones, de acceso al poder no como una condición de autoridad, sino como una condición de posibilidad. No sé qué me depare la vida el próximo año, pero no puedo negar que he estado pensando seriamente en buscar escenarios en donde se pueda incidir por el trabajo de los artistas y por la posibilidad de las personas de consumir cultura. Vamos a ver qué nos depara la vida.