Por: Guillermo Naranjo*

Se aproximan las elecciones regionales y es costumbre entre los candidatos a las distintas corporaciones de elección popular, no solamente mostrar sus propuestas de gobierno, sino también, mostrar sus hojas de vidas y en la gran mayoría hacer énfasis que son docentes universitarios. Quiero recordarles a los políticos que no todo aquel que dicta clases es profesor, es más, ser profesor no es simplemente pararse frente al aula de clase a repetir lo escrito en algún libro de texto.

La actividad docente es la reflexión pedagógica del proceso enseñanza-aprendizaje, y esto implica ir más allá de ser un dictador de clase. La docencia universitaria actual exige no solamente “dictar clase”, el quehacer docente involucra actividades de investigación y de extensión social, es decir, el verdadero profesor realiza no la limitada actividad de dar luz a los “alumnos”. La docencia universitaria implica la elaboración de proyectos de investigación, presentación de ponencias y publicación de artículos académicos en revistas especializadas.

Es interesante estudiar algunos candidatos que se proclaman docentes universitarios y ni siquiera cuentan con un registro en el Cvlac de Colciencias, sin un artículo publicado, sin una ponencia desarrollada, sin proyectos de investigación ejecutados, es más, sin participación en semilleros de investigación, algunos afirman ser profesores sin ni siquiera conocer una teoría pedagógica. Debo aclarar que no son todos, pero si la gran mayoría no cuentan con una verdadera experiencia en la docencia universitaria.

Esta moda actual de los políticos profesores responde a procesos meramente electorales, con el único fin de mostrar credibilidad en los distintos sectores sociales, si bien es cierto, existen casos reales donde está mezcla es posible y real, tales como el profesor Antanas Mockus, Sergio Fajardo, entre otros, no es la constante en la mayoría de casos de los políticos tradicionales.

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Adicionalmente se debe reconocer que algunas universidades responden a procesos políticos, y esto ayuda mucho más a que esta nueva moda de los políticos profesores adquiera alguna experiencia docente en pro de sus ambiciones electorales, y en el peor de los casos en busca de beneficios particulares vía convenios interadministrativos.

Finalmente debo reconocer que los espacios de elección popular son perfectos para el fortalecimiento de la democracia y la participación, como también, un mercado de información asimétrica.  Ya es hora que se realice política de frente a la comunidad y sin mentiras, señor político si quiere ser docente capacítese, pero no utilice la docencia como estrategia electoral y peor aún, no afecte la formación de miles de Ibaguereños que buscan aprender una disciplina desde un verdadero ejercicio pedagógico y de conocimiento. Repito no son todos los políticos, también existen políticos con una verdadera experiencia académica y vocación docente.

*Economista - Profesor Universidad del Tolima