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La descabellada actitud de Martha Alfonso contra el ministro G.A. Jaramillo

La descabellada actitud de Martha Alfonso contra el ministro G.A. Jaramillo

Por: Humberto Leyton


Parece que la representante a la Cámara por el Tolima, Martha Alfonso, no desaprovecha oportunidad para responsabilizar al ministro de Salud Guillermo Alfonso Jaramillo, de todos los males que padece el país.

En los últimos días, le hemos leído y escuchado las cuentas de cobro que le pasa la dirigente de los Verdes al ministro tolimense, que obedecen más a una retaliación de oportunismo político, que de hechos concretos y demostrables contra el funcionario del gobierno nacional. La manzana de la discordia fue la reforma al sistema de salud propuesta por el presidente Petro, que desde que comenzó su discusión, tuvo los más feroces enemigos del establecimiento (sector privado y políticos financiados por las EPS, algunos de ellos accionistas de estas empresas promotoras de salud o de las IPS), que vieron amenazado su lucrativo negocio con los cambios propuestos por el gobierno nacional.

No es cierto que la reforma a la salud haya fracasado por la falta de “liderazgo” de Jaramillo como lo sostiene la congresista Alfonso, ni por falta de iniciativas para llegar acuerdos con algunos sectores del Congreso. El ministro tolimense como el que más tiene el conocimiento y la suficiente capacidad para moverse en estos ámbitos y lograr acuerdos, no es un advenedizo, por el contrario, tiene la suficiente cancha y experiencia en estas tareas, como fogueado político y excongresista.  

Los que verdaderamente hundieron la reforma a la salud, fueron los poderosos intereses que maneja el capital privado de las EPS y de los políticos a su servicio, que vieron amenazado el macabro negocio que manejan donde la vida de los pacientes está permanentemente en riesgo por los deficientes servicios que prestan, mientras los recursos que aporta el gobierno y los afiliados se esfuman como por encanto.

Prueba de ello, son los 12.4 billones de pesos, que no aparecen de las reservas técnicas que deben tener estas empresas para garantizar su buen funcionamiento ni los 25 billones que las EPS le adeudan a las IPS (hospitales, laboratorios, medicamentos, entre otros).

Menos mal que en sus diatribas, contradiciéndose ella misma, contra el ministro de Salud, la señora Alfonso reconoce que: “Se hundió porque hay intereses muy fuertes del sector privado y de sectores políticos que han tenido el poder en Colombia durante muchos años y se han enriquecido con los dineros de la salud. No les interesaba que esta reforma se aprobara. Así que fracasó porque pudo más esos intereses económicos y los de quienes los representan como congresistas". Y esta es la verdad, no el discurso politiquero y oportunista que exhibe la dirigente de los Verdes en el Tolima contra Jaramillo, responsabilizándolo de un fracaso que estaba cantado desde mucho tiempo atrás.

Según varios dirigentes sindicales consultados, como insumo para escribir esta columna, coinciden en afirmar que el ministro Jaramillo estuvo a la altura de las circunstancias, que “no podía entregar ni negociar los ejes fundamentales de la reforma como el manejo de los recursos, tal como querían los empresarios de las EPS para seguir malgastándolos en cosas distintas a la prestación de los servicios de salud”, afirmó el dirigente sindical y representante de los afiliados a las Nueva EPS, Héctor González.

De tal suerte representante Alfonso, que el ministro ha podido ser el enviado de Dios, el Papa Francisco, y le habían hundido el proyecto de la reforma a la salud, porque los negociantes de este siniestro negocio, no se dejan quitar las multimillonarias ganancias que les deja la salud de los colombianos.

Pensamos que Alfonso, se debe de preocupar más por la situación de su propio partido que atraviesa una crisis de identidad y valores, donde no se sabe quiénes son los de extrema derecha, tipo Jota P. Hernández, derecha: Catherine Juvinao, de centro e izquierda, en lugar de estar atacando con argumentos frágiles al ministro también tolimense Guillermo Alfonso Jaramillo.

Los Verdes no tienen una línea ni un programa político que los unifique, cada uno según sus intereses, defiende lo suyo, y eso lo demostraron en los debates de la reforma a la salud.  

Reconocemos, eso sí, el trabajo que ha realizado Martha Alfonso en el Congreso, su lucha por la reforma a la salud, y valoramos su posición política coherente como progresista que ha sostenido, pero nos apartamos de las críticas con sabor a oportunismo político que ha realizado contra su paisano, el ministro Jaramillo.

Coletilla: No es cierto que la representante a la Cámara Martha Alfonso, por el hecho de haber sacado la credencial a esa corporación, sea el jefe político del Pacto Histórico en el Tolima, como lo quieren afirmar algunos. Ella como fruto de una coalición del Pacto Histórico y la Alianza Verde, obtuvo 17.799 votos, de los 74.537 que sacó la lista de esa alianza; es decir, que 56.560 votos los pusieron los cinco restantes de esa lista, todos ellos dirigentes del Pacto Histórico, no de la Alianza Verde. Y gracias a eso, fue que la lista sacó el umbral y pudo salir elegida Martha Alfonso.

La pifia o el error del resto de integrantes del PH fue haberse confiado o dividido en dos nombres: Sandra Liliana Salazar y Nohora Ramírez, creyendo que una de ellas salía. La primera tuvo 16.178 votos y la segunda 9.569, si se hubieran decidido apoyar uno de estos nombres, por la primera que era la más opcionada, otra será sería la representante a la Cámara hoy, pues según esas cifras hubiera sacado 25.747 votos, 7.948, más que los que sacó Martha Alfonso.

Pero esto es historia, y la actual representante de la Alianza Verde, salvó su curul gracias a los 56.560 del resto de integrantes del Pacto Histórico, donde una buena cantidad los depositó la tendencia de Guillermo Alfonso Jaramillo.

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