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La crisis de la UT sigue viva
En medio de amenazas del equipo financiero de la Universidad del Tolima (UT), de ingresar al principal centro educativo del departamento a ley 550 (1999), más conocida como la "Ley de quiebras", se realizó este miércoles 24 de mayo una reunión del Consejo Académico del Alma Mater.
Este pronunciamiento, deja en claro la verdadera dimensión de la crisis financiera que desde hace varios años galopa sobre el Alma Mater, agudizada en los últimos meses por la administración del rector interino Omar Mejía, quien al parecer, se ha dedicado más a devolver favores políticos a la gobernación del Tolima, que a la administración académica, financiera y administrativa de la universidad. (Ver: Se profundiza crisis de la UT)
Agregándose a ello, la perdida de la sagrada autonomía de autodeterminación y libre ejercicio del pensamiento y de cátedra del Campus, con el nombramiento de una cantidad de personal profesoral y administrativo, con buenas recomendaciones políticas, pero con escaso conocimiento y capacidad académica y científica.
En esta reunión del Consejo Académico, quedó claro que el déficit de los 25 mil millones del que se viene hablando desde hace meses continúa intacto, y que escasamente la universidad tiene recursos para sobrevivir el resto del año. "Las cifras que han mostrado de supuesta bonanza financiera las directivas de la universidad a los medios de comunicación, no aparecen en la números reales. Son soluciones a corto plazo pero los problemas de fondo permanecen incólumes", dijo un integrante de este organismo de quien nos reservamos su nombre por razones obvias.
Para nadie es un secreto que las facultades que más generan recursos en la universidad son: Ciencias de la Educación, Ciencias Económicas e IDEAD (Instituto de Educación a Distancia), a través de sus proyecto educativos, donde Ciencias de la Educación, encabeza los aportes con cerca de mil millones anuales netos por conceptos de postgrados, diplomados y convenios.
Esta suma se redujo en el presente año en un 30 por ciento aproximadamente, al ser prácticamente relevado de su responsabilidad el decano Andrés Felipe Velásquez Mosquera, quien era el encargado del mercadeo de estas ofertas a través de sus contactos con el sindicato de maestros y educadores en el departamento.
Ahora ante la sensible baja en los ingresos, el rector Mejía, después de haberlo sacado del proyecto y puesto a personas sin experiencia ni capacidad a dirigir los postgrados y diplomados, le viene a reclamar resultados, y se quiere tomar al docente Velásquez Mosquera, como un chivo expiatorio de la calamitosa situación que se profundiza en la UT.
Otro de los aspectos que no está claro es el gasto que realiza en profesores cátedra que han sido contratados, en reemplazo de los profesores de planta quienes han sido destinados a la dirección de programas de la universidad con el fin de rebajar costos. No se sabe si es peor la cura que la enfermedad.
Y se añade, la reducción considerable de prácticas académicas que pasaron de 20 a ocho semanadas, lo que va en detrimento de la calidad educativa, puesto que en las prácticas los estudiantes afianzan los conocimientos teóricos que han adquirido en las aulas.
Para agregarle más condimentos a la crítica situación de la UT, se habla de un asilamiento del rector Omar Mejía, quien toma todas las decisiones con su sanedrín conservador-barretista desconociendo a los demás sectores de la universidad lo que trae consecuencias como las que se están viviendo en la facultad de Ciencias de la Educación. (Ver: La UT no es como la pinta el rector ni sus directivos)
Movilización de la comunidad universitaria
Este cúmulo de problemas no solucionados, como fueron las promesas del gobernador Óscar Barreto, del rector Omar Mejía y los buenos muchachos de la tramada huelga de hambre, han hecho metástasis en la comunidad universitaria, la que se ha comenzado a movilizar de nuevo buscando respuestas concretas y no retóricas ni informes maquillados que presentan la crisis en vía de solución cuando la universidad se hunde cada día más.
Fue así como este miércoles la comunidad universitaria marchó en Ibagué, en demanda de solución a la crisis que sigue sufriendo la UT, la mala gestión por parte del rector interino Omar Mejía y del gobernador Oscar Barreto, quienes habrían usado la institución como mero objeto burocrático para entregar puestos a sus aliados políticos, dejando de lado las verdaderas gestiones para estabilizar la institución.
Vídeo. Uno de los lideres de la Universidad el Tolima explica el porqué de esta nueva manifestación realizada este miércoles 24 de mayo:
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