A las diferentes parroquias de la capital tolimense asistieron miles de ibaguereños para recibir la bendición de la ceniza, que marca el inicio de la cuaresma, periodo que llama a “renovar la vida, reconociendo lo que no ha estado bien en la relación de cada católico con Dios”.

La Catedral Primada de Ibagué fue uno de los templos más colmados de ciudadanos durante el tradicional miércoles de ceniza; durante casi todo el día cientos de personas hicieron una pausa en sus actividades para ingresar a recibir la bendición de la ceniza y cumplir de manera muy puntual con una tradición que invita a una renovación espiritual

Este 1 de marzo, se inició la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza. Empieza un periodo de 40 días para preparar la celebración de la Pascua, es decir, ha empezado la cuenta regresiva para la llegada de la Semana Santa. El Miércoles de Ceniza trae consigo varias obligaciones y curiosidades para millones de católicos en el mundo como el ayuno, la abstinencia, la oración o la confesión de pecados.

El Papa Francisco considera que “la Cuaresma de este año debe ser vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios”. Al igual que en Ibagué, en muchas partes del mundo miles de fieles católicos atendieron el llamado de la iglesia, para recibir la bendición de la ceniza. Esto consiste en que un sacerdote, o diácono, dibuja en la frente de los católicos una cruz con ceniza hecha de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior. Según las creencias católicas, la imposición de ceniza es una costumbre que recuerda a los que la practican que algún día vamos a morir y que el cuerpo se va a convertir en polvo.