Por: Humberto Leyton

La rendición de cuentas 2018 que presentó el alcalde de Ibagué Guillermo Alfonso Jaramillo, en el parque Manuel Murillo Toro, este 28 de enero, tiene connotaciones más allá del simple acto administrativo que se realiza en cumplimiento de la ley.

Llenar este escenario significa no solo el apoyo de la ciudadanía a una buena gestión de gobierno, sino el poder de convocatoria que tiene el mandatario local.

Las opiniones se pueden dividir en cuanto al número de asistentes al evento, tres mil o cuatro mil para sus críticos y adversarios, ocho o más de diez mil para sus amigos y simpatizantes, son cifras subjetivas que cada cual acomoda según su punto de vista; también se puede decir que muchos asistentes fueron obligados y amarados para concurrir, como los contratistas, maestros, funcionarios y empleados, que se pagaron buses a todos los barrios, etc. etc.etc.  y se pueden todos los cuentos que se quieran para demeritar el éxito del alcalde en esta asamblea, tanto en su informe de gestión, como en la cantidad de asistentes. Pero una cosa  no se puede negar, que las sillas que instalaron los responsables de la logística (Graficas León) que no son precisamente jaramillistas, fueron seis mil, insuficientes para albergar a tanta gente que tuvo que quedarse parada o sentarse en las escalinatas de edificios vecinos cono el banco BBVA, Corfitolima, Seapto y Cámara de Comercio, entre otros.

Estos certámenes, por lo general ceremoniosos, con algo de pompa, escasa o regular asistencia en recintos cerrados, fueron revaluados por el realizado en el parque Murillo Toro que se convirtió en una verdadera manifestación masiva de apoyo a la administración de Jaramillo. Es la primera vez que se concita tanta gente en una rendición de cuentas por parte de un mandatario local o regional, máxime si tenemos en cuenta que el día no era el indicado, pues era de trabajo normal y, además, no se trataba de una concentración de campaña electoral, mucho menos promocionada ni publicitada por los medios de comunicación, ya que un sector de estos, son opositores cerriles de la administración municipal.

Conexión y las obras

Este hecho, nos deja algunas consideraciones para su análisis. En primer lugar, se nota de lejos que la administración del actual alcalde de Ibagué está conectada con los diversos sectores sociales, que no ha sido excluyente y que cuenta con respaldo de los diversos estamentos; pero más que eso, el funcionario pudo mostrar que su obra de gobierno no solo tiene contenido cultural y espiritual, políticamente hablando, sino que es tangible y se puede mostrar en concreto y hierro, si eso le gusta a algunos. Dentro de los proyectos que se pueden ver, tocar y palpar de suma importancia para el desarrollo y la trasformación de Ibagué, se encuentran, entre otras: los avances innegables del acueducto complementario donde se invierten 80 mil millones de pesos; las construcciones y mejoras de la infraestructura educativa con una inversión de 300 mil millones de pesos; la remodelación de la infraestructura laminaria de la ciudad con luces LED, donde se invierten 13.200 millones; la construcción y terminación de los fallidos escenarios deportivos que tienen un valor de cerca de 171 mil millones de pesos; la terminación por fin, del complejo cultural Panóptico de Ibagué con un aporte de nueve mil 250 millones de pesos; qué no decir de los parques biosaludables donde ya se encuentran entregados 105 de los 200 que se tienen programados con una inversión considerable, más la inversión social que se ha registrado a todo nivel para atender sectores vulnerables de la sociedad.  

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Estos hechos constituyen puntos objetivos que nos explican el calado social y político que tiene la obra de la actual administración del alcalde Jaramillo en la población, y nos indican que la fuerza de su convocatoria no es gratuita ni por obra o gracia de ningún milagro, menos por surte o azar, es algo ganado con esfuerzos, responsabilidad y  disciplina, con sus madrugadas y trasnochadas. En pocas palabras,   con su dedicación o adición al trabajo de gobernar bien en beneficio de los ciudadanos.

La propaganda negra mediática

Es también una notificación a ciertos medios de comunicación, encebadados por el director de noticias de la Cariñosa (RCN), que perdió su rol de periodista objetivo e imparcial y montó, desde hace meses, una campaña de desinformación, manipulación, tergiversación, mentiras e incluso, calumnias y desprestigio contra el alcalde Jaramillo y su administración, solo porque aspira a la alcaldía de Ibagué con métodos innobles, acudiendo a la propaganda negra de la peor ralea. Este ejemplo lo sigue el periódico regional,  y unos dos noticieros de radio y televisión local más, todo porque el mandatario de los ibaguereños no accede al chantaje por pauta publicitaria y, en otros casos, por asuntos políticos.

Esta manifestación también muestra la crisis de credibilidad que atraviesan esos medios, aves agoreras del desastre, donde pese a la campaña mediática despiadada, no han tenido eco y, al parecer, sus patrocinadores cargan con un bumerán donde lo que buscan le sale a revés. Creen más en las obras y realidades del alcalde que en los panfletos que emiten.

¿El Llanero Solitario?

Sin embargo, el mandatario local, en nuestro criterio, tiene su tendón de Aquiles. Su equipo de gobierno es transitorio y pasajero, con algunos funcionarios regulares tirando a malos, debe suplir la falta de cuadros que le aguanten su ritmo de trabajo, que sean creativos, propositivos y que tengan vuelo para ejecutar desde sus cargos, el programa de gobierno "Con todo el corazón".  Esto sin contar a uno que otro desleal que no ha faltado.

Consideramos que Jaramillo es un Llanero Solitario que imparte justicia y gobierno en forma individual, como el vaquero texano, donde puede cometer errores por falta de un equipo estructurado, especialmente en algunos excesos verbales, pero quienes lo conocemos desde hace años, sabemos que ese es su talante y su carácter de llamar las cosas por su nombre, sin adornos ni eufemismos: al pan pan y al culo culo.  

Igual cosa sucede en lo político, no tiene un equipo donde repose el peso ideológico, programático y organizativo de su movimiento, fuera de Nayid Salazar Cetina, que cumple la labor del fiel Sancho Panza, no tiene más para mostrar.

Pero en este trabajo en solitario, Guillermo Alfonso Jaramillo se ha sabido defender, y prueba de ello es que lleva más de 40 años en la política y se encuentra vigente, prueba de ello es la nutrida concentración pública del Murillo Toro, donde enterró a los que meses atrás querían sepultarlo a él.