Los esfuerzos científicos para entender los fenómenos anómalos no identificados, antes referidos como OVNIS, están generando un impacto transformador y un interés no patológico en las personas que han sido testigos de estos eventos.

Durante décadas, el fenómeno ovni ha intrigado al público y a las agencias gubernamentales, especialmente en Estados Unidos, donde se han llevado a cabo varios programas de investigación, como los proyectos Sign, Grudge, Blue Book y el programa Aatip, enfocados en identificar amenazas aeroespaciales avanzadas.

Recientemente, movimientos políticos y militares, incluyendo testimonios en el Capitolio, avivaron el interés científico en el tema, con un llamado a la transparencia en la divulgación de datos. Incluso la NASA estableció un departamento para investigar este fenómeno de manera rigurosa.

Este interés ha llevado a un cambio en la nomenclatura oficial, pasando de objeto volante no identificado (OVNI) a fenómeno anómalo no identificado (FANI). Los esfuerzos de investigación se han centrado principalmente en aspectos físicos, como la velocidad y maniobrabilidad de los objetos.

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Sin embargo, Gabriel G. de la Torre, profesor de Psicología en la Universidad de Cádiz, abordó recientemente el aspecto psicológico de los FANI en un artículo publicado en la revista International Journal of Astrobiology.

Según De la Torre, cada avistamiento tiene un impacto psicológico en los testigos, afectando variables perceptivas, cognitivas y emocionales. Aunque se han sugerido explicaciones psicológicas para algunos avistamientos, el estudio revela un efecto transformador y un interés no patológico en el tema entre los testigos.

La investigación, que encuestó a 245 personas de todo el mundo, incluyendo 93 testigos directos de FANI, encontró un patrón de compromiso psicológico profundo con el fenómeno. Esto se reflejó en una presencia casi diaria del tema en la mente de los testigos, un interés reconocido por ellos mismos y una necesidad de discutirlo, incluso sin hablar específicamente del suceso presenciado.

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De la Torre sugiere que se necesitan más investigaciones en aspectos fisiológicos y neurológicos de los testigos de FANI. Concluye destacando la importancia de superar el estigma asociado a este tema y enfatiza la necesidad de más trabajos científicos para comprender estos fenómenos, cuyo origen aún permanece desconocido.