Faltan pocos días para el 24 de diciembre y muchas personas aún no saben qué obsequiarles a sus familiares y amigos. En esa decisión se tienen en cuenta muchos factores. Algo que la persona disfrute o algo que la persona necesite. Esa es la duda mayor. 

Según la mayoría de los estudios sobre psicología social, obsequiar experiencias hace más felices a quienes dan y reciben los regalos, además lo efectos positivo de regalar experiencias se dan antes y después de entregarlos. 

Estos son algunos de los aspectos de por qué es mejor regalar experiencias que objetos, según Amit Kumar, psicólogo social e investigador de la Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago:

Interacción social

El valor de la conversación es una de las experiencias más importantes de la vida. Tanto así que, según estudios, cuando una persona no puede compartir una experiencia vivida, el gozo decae. Eso es lo que sucede con los regalos.

El valor social de la interacción no solo pasa por contarle a otro lo maravilloso que fue una experiencia, sino que también está en los vínculos que crean las conversaciones y el hecho de que alguien más haya vivido esa experiencia a tu lado.

También está el hecho de que muchas familias pasan la mayor parte de año separados o con muy poco tiempo juntos por cuestiones de trabajo o de otra índole. En ese contexto regalar un viaje o una cena en familia cobra más valor como regalo que un objeto.

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Sin comparación

Según estos estudios, los regalos simbólicos tienden a ser más apreciados por su valor intrínseco y no se comparan con regalos de otro tipo. Un ejemplo de esto es que un viaje es difícil de comparar con otro, mientras que el último iPhone del mercado siempre es mejor que su predecesor. 

Además de estos, la psicología dice que son los bienes inmateriales los que forjan el carácter de las personas, y no los objetos materiales que posean. 

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Un antes y un después 

Según los estudios de Kumar, en los momentos previos a recibir experiencias aumenta el entusiasmo, pues la persona "saborea la expectación", mientras que con la espera de un objeto material aumenta la ansiedad y por lo tanto la posibilidades de sentirse frustrado son más altas. 

También los recuerdos afectan en la escogencia de un regalo material o uno simbólico. Cuando una persona recuerda un viaje o un obsequio simbólico lo hace con más cariño y añoranza que, por ejemplo, un celular que se recibió hace años. Por esa razón regalos como viajes u otros obsequios que implican una experiencia compartida perduran más que algo material.

Así las cosas, son muchos los factores que hay que tener en cuenta al momento de escoger si regalar en navidad el último celular o un viaje a un sitio agradable. Pueda que la persona a la que se le haga el regalo recuerde mejor el lugar que conocieron que el celular que en unos años habrá sido reemplazado por otro más moderno.