Apoyar a los campesinos de Roncesvalles se convierte en prioridad para el alcalde de esa población, Andrés Grajales, por eso desde su liderazgo hizo un llamado a través de los medios de comunicación para que en conjunto gobiernos nacional, departamental y local se pueda apoyar a los agricultores de la zona ante la situación adversaa que se vive todo por el fenómeno de El Niño.

Y es que el municipio de Roncesvalles enfrenta a una devastadora realidad: más de 600 hectáreas de frijol arrasadas, con pérdidas económicas que ascienden a los $7 mil millones debido a las altas temperaturas generadas desde finales del año anterior.

El impacto del fenómeno climático ha golpeado con fuerza a los agricultores del municipio, afectando no solo los cultivos de frijol, sino también ocasionando una disminución en la ganancia de peso del ganado bovino y una baja en la productividad lechera. 

El alcalde de Roncesvalles desde su posesión en colaboración con el comité de Gestión del Riesgo de Desastres, emitió una declaración de Calamidad Pública en su municipio en las últimas horas.

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Esta medida busca obtener el apoyo tanto del gobierno departamental como del nacional para brindar recursos e insumos que ayuden a los agricultores afectados, quienes han sufrido pérdidas millonarias debido a esta variabilidad climática. Además del frijol, otros cultivos como el café, el tomate de árbol, y la mora también han sido severamente afectados.

Las cinco veredas más perjudicadas por esta crisis son:

Cedro: 126 hectáreas.
Topacio: 73 hectáreas.
San Pablo-Diamante: 68 hectáreas.
Toda Vieja: 53 hectáreas.
Platina: 45 hectáreas.

Las afectaciones por cultivos incluyen pastos con 1227 hectáreas, frijol con 626 hectáreas, café con 228 hectáreas, tomate de árbol con 118 hectáreas, entre otros. El mandatario local señaló que, si bien todos los sectores agropecuarios son importantes, los cultivadores de frijol son los más afectado, con pérdidas que representan una inversión de 2.500 millones de pesos. Cada campesino, con un costo de 4 millones por hectárea al sembrar, enfrenta una pérdida de 7500 millones de pesos en expectativa, considerando que cada familia esperaba obtener ventas por 15 millones por hectárea.