Carmen de Apicalá, junto con Melgar, Flandes y Girardot, es uno de los destinos más apetecidos por los bogotanos, gracias a su atractiva oferta turística y sus casas campestres. Sin embargo, este desarrollo urbanístico ha atraído también a los amigos de lo ajeno. Según estadísticas presentadas por la administración municipal, al cierre del 2023, se registraron más de 300 robos a casas campestres y conjuntos cerrados, informó Juan Espinosa, secretario de gobierno de Carmen de Apicalá.

El hurto a personas, mediante el sistema de taponeo, y dos casos de extorsión también preocupan a residentes y propietarios de casas en la zona. Espinosa comentó: "El segundo delito que tenemos es el hurto a personas a través del sistema de taponeo y dos casos de extorsión, las cuales tenemos presentes que se han registrado en más municipios".

Además, se identificaron dos puntos de microtráfico en el municipio de Flandes, por la vía El Paso. Las autoridades locales están trabajando en planes de intervención para desmantelar estas bandas delictivas y recuperar las zonas afectadas. "La idea es reconstruir estas zonas y demoler los predios donde funciona el microtráfico y allí construir unos parques bien iluminados para que la población se apropie de este espacio", afirmó el secretario de gobierno.

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La administración municipal ha recibido apoyo del gobierno nacional y del Ministerio del Interior, así como del gobierno departamental, con una inversión de más de 100 millones de pesos destinados a la compra de vehículos para las autoridades locales.

Se espera que, con estos esfuerzos y la inversión, se logre disminuir los delitos que mantienen en zozobra a la población de Carmen de Apicalá.