Por Santiago Zamora Robayo

*Especialista en Gobierno y Gestión del Desarrollo Regional y Municipal

Hace poco, en uno de mis cursos formativos en un posgrado que voy culminando, se suscitó el debate y la participación entorno a un seminario regional. Que, como premisa, fomentaba la discusión entre la sostenibilidad y el desarrollo de la territorialidad en Colombia, definido de manera integral, a un enfoque desde las ciudades del país.

Evaluando así el progreso de los modelos de gobernanza, bajo las diferentes políticas de las administraciones regionales sobre la agenda 2030 y sus 17 ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible).

De allí, surgieron posiciones interesantes que situaban la discusión entre la relación del desarrollo y la sostenibilidad. Como también la definición de desarrollo sostenible y sostenido. Pero, además de cómo podríamos lograr el desarrollo sostenible en un territorio, bajo los parámetros de la agenda 2030 de la ONU, para mejorar en los indicadores de las ciudades y regiones de nuestro país en materia de sostenibilidad territorial.

• Lea también: Las aguas negras de la política

Desde esta perspectiva, en Colombia, el concepto de desarrollo sostenible ha visibilizado el posicionamiento de varias ciudades como ejemplo de progreso a nivel nacional. Algunas regiones han logrado establecer líneas, políticas y hojas de ruta sobre un equilibrio entre la economía, la sociedad y el medio ambiente. Pero, además, han promovido la adopción de estrategias para garantizar un crecimiento económico y constante en el tiempo, a través del desarrollo sostenido. Logrando así, una sinergia que concluye positivamente en políticas más efectivas, inversión productiva y estabilidad territorial.

Ahora bien ¿Es un reto, para las regiones; el desarrollo sostenible y sostenido?

Para la mayoría de las regiones en Colombia, no es una tarea fácil. Bien sea por situaciones que limitan el desarrollo territorial, la falta de planeación o el crecimiento económico. Sin embargo, asumir el reto de apostarle al desarrollo y la sostenibilidad a través de políticas integrales, mejorara las condiciones en los territorios. Siempre y cuando, las acciones estén dirigidas a la planificación urbana integral, la movilidad sostenible, la protección del medio ambiente, la gestión eficiente de los recursos, la gobernanza participativa, el desarrollo económico continuo y la inclusión social.

Si bien suena utópico, el reto consistirá en articular de manera concomitante las limitantes del crecimiento económico, bajo las dinámicas cambiantes de los territorios, a fin de buscar acciones y soluciones que transformen las mismas en regiones más competitivas. Es así, que se labrará el camino y la hoja de ruta para tener territorios con desarrollo sostenible y sostenido.