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De vender dulces en el colegio a crear una exitosa cadena de restaurantes

De vender dulces en el colegio a crear una exitosa cadena de restaurantes

Claudia Cortés en Plaza Domo, uno de sus restaurantes en Ibagué. 

Por: Alejandro Hernández


La historia de Claudia Cortés es la de una mujer hecha a pulso. Una niña que vendía dulces en el colegio. Una joven que emprendió mientras estudiaba en la universidad. Una mujer que ahora tiene una de las cadenas de restaurantes más reconocidas en Ibagué y otros lugares del país.

Claudia nació en Ibagué en el año 1986. Creció junto a su madre y abuela en una vivienda de la carrera Séptima con calle 25, mientras su padre trabajaba en el campo. Es bachiller egresada de la Institución Educativa Manuel Murillo Toro (INEM), uno de los colegios públicos más tradicionales de la ciudad.

“En el colegio siempre vendía cosas: dulces, galletas, les fiaba a los compañeros. También me gustaban las manualidades y hacía bolsos, manillas, accesorios, que vendía en el colegio. Todavía no tenía claro que quería ser emprendedora, pero me gustaba vender cosas y rebuscarme algo más de lo que me daban para el descanso”, recuerda Claudia.

Las raíces del éxito

El mejor ejemplo fue su abuela Fabiola Carvajal, ahora próxima a cumplir 100 años de edad. Doña Fabiola tuvo cantinas, tiendas y hasta un puesto en la Plaza de la 21, negocios con los que sacó adelante a su familia. Fue un gran ejemplo de independencia económica para su nieta Claudia, quien tenía talento para las ventas y el emprendimiento.

“No quiere decir que nacimos en cuna de oro por los negocios  de mi abuela, pero nos dio el mejor legado, que fue el amor por el trabajo y la persistencia. Mi abuela fue mi ejemplo porque crecí al lado de ella viéndola trabajar, emprender. Fue una gran inspiración para mí”, expresa la nieta.

Tras graduarse del INEM, Claudia hizo un técnico en auxiliar contable en el Sena. Gracias a esto pudo trabajar un tiempo en la extinta empresa Inavigor. También fue empleada en Industrias Murelli y Coltolima. Época como empleada que recuerda con satisfacción.

“Siempre me destaqué y salí por la puerta grande de mis empleos. Conocí personas de las que aprendí mucho y fue una época que me ayudó a ser mejor persona”, recalca.

Sin embargo, el bichito del emprendimiento rondaba en su cabeza. Claudia fue empleada hasta el 2012, cuando se convirtió definitivamente en independiente, pero antes de eso ya había tenido varias experiencias como emprendedora.

De empleada a emprendedora

A sus 20 años tuvo su primer negocio. Una papelería que montó en sociedad con su hermana en el barrio donde vivían. El negocio fracasó pronto, pero sembró la semilla de lo que llegaría más tarde cuando entró a estudiar Administración Financiera en la Universidad del Tolima y al mismo tiempo montó una venta de hamburguesas junto a su hoy esposo, Oscar Salgado.

“Vendíamos mucho, pero las ganancias eran muy bajas. Eran combos de dos hamburguesas por $5.500 en Bosque Largo. Fue algo que se hizo muy conocido en esa época en Ibagué y hasta otros negocios implementaron el mismo modelo; pero el margen de ganancia era muy bajo y quise después emprender mi propio negocio cerca de la Universidad del Tolima”, rememora.  

Claudia recuerda esa época como algo difícil. Sus jornadas empezaban muy temprano en las mañanas y terminaban muy entrada la noche. En el día cumplía con su empleo y en la noche se hacía cargo de su negocio, otra hamburguesería llamada Clasic Burguer.

“Fue una época agotadora porque me desgastaba mucho físicamente. Ese cuento de que el independiente abre cuando quiere es mentira, antes es cuando más se trabaja, porque tienes muchas responsabilidades que tienes que cumplir: sueldos, proveedores, arriendo. Pero me sirvió para darme cuenta que podía ganar más como independiente que como empleada y decidí dedicarme de lleno a mi negocio”, afirma.

Hay un dicho que dice que cuando una puerta se cierra otra se abrirá. En ocasiones el fracaso es la antesala del éxito. Ese fue el caso de Claudia, quien soñó algún tiempo con ocupar un alto cargo en un banco. Sueño frustrado que la llevó a emprender y tener ahora una exitosa línea de restaurantes.

El prometedor negocio en el sector de la UT se lo vendió al dueño del local, luego de mucho insistirle. Episodio que le dejó una curiosa enseñanza, pues quebró seis meses después que ella se lo entregó posicionado como uno de los mejores del sector.

“Las personas son las que hacen a las marcas. La mala atención, la falta de dedicación, son muchos los factores que pueden hacer caer una marca. Uno puede tener mucho capital, pero el amor y dedicación de las personas son una pieza fundamental para cualquier negocio”, explica.

Ahora sí, Plan Burguer

En el 2015 Claudia, junto a su esposo Óscar, decidieron emprender con otro restaurante, pero ahora en Pitalito, Huila. Era un municipio pujante apenas en crecimiento, donde nació Plan Burguer, la marca con la que hoy tienen negocios en el Huila, Caquetá y Tolima.

Al principio reinó la incertidumbre. Los recursos para las adecuaciones eran limitados. Era un lugar desconocido para ellos. Los comentarios malintencionados los llenaron de dudas.

“Al principio la gente nos infundía miedos. Pero siempre he pensado que lo más importante es la perseverancia. He visto muchas personas que montan un negocio y como no les dio resultado rápido, se frustran y no insisten. Yo he tenido mucha resiliencia. Esa ha sido la clave de nuestro éxito, la persistencia, porque nada importante se da de un día para otro”, resalta.

Con la marca de Plan Burguer en Pitalito les fue tan bien, que en el 2018 abrieron el primer punto en Ibagué, que sigue vigente en la avenida Guabinal con calle 60. Con sus varias sedes, Plan Burguer genera alrededor de 70 empleos a nivel nacional. Claudia es profeta en su tierra y por fuera de ella.  

“Una de las cosas más bonitas de emprender ha sido contribuir al crecimiento y estabilidad de otras personas. Es muy gratificante poder ayudar a otras personas. Yo no tengo hijos, pero digo que es como si tuviera 70 porque todos los días debo estar pendiente”, expresa entre risas.

A lo largo del camino Claudia siempre ha contado con el apoyo incondicional de su pareja, Oscar. Él reconoce lo indispensable que ha sido ella para posicionar a Plan Burguer como una exitosa cadena.

“Indiscutiblemente sin ella estos negocios no existirían. Es una mujer trabajadora, dedicada, inteligente y sobre todo echada para adelante. Es algo que sobresale de las mujeres tolimenses, es característico lo trabajadoras que son, y Claudia es una gran representante de esa tradición”, resalta Oscar.

En la actualidad Claudia sigue formándose. A sus 38 años cursa una Especialización en Gerencia Estratégica del Sector Gastronómico en la Universidad Externado de Colombia. Sueña con llevar a Plan Burguer a “otro nivel”.

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