Barreto teme que el nuevo curso que han tomado sus investigaciones en la Fiscalía por los delitos de peculado por apropiación, contratación sin el lleno de los requisitos y otros actos de corrupción, le puedan complicar la finalización de su mandato y quiere buscar su reemplazo. El ganador de la rifa al parecer es ‘Rubencho’.

Por razones políticas, el exprocurador Alejandro Ordóñez le revocó una sanción disciplinaria de 11 años de inhabilidad para ejercer cargos públicos que pesaba sobre Barreto, para poder aspirar a la gobernación nuevamente. Esta sanción se le impuso por la pavimentación de la vía Líbano-Villahermosa que nunca se hizo, pero donde se cobró el valor de la obra.

Esta misma investigación, pero en la justicia penal, como la de los cupos fantasmas en la educación y el tristemente célebre Banco de los Tolimenses, entras otras, no son fantasías ni calumnias, son sumarios reales que se encuentran vivos en los archivos. Mientras tanto, la Fiscalía ha sido complaciente, demorada y permisiva para tomar decisiones tanto en este caso, como en otros tantos. Sin embargo, las pruebas son palmarias y existen. No son invenciones.

Solo hasta ahora con la llegada del nuevo Fiscal, Néstor Humberto Martínez, es que estas investigaciones se han comenzado a mover nuevamente. Ojalá sea cierto y se tomen decisiones, porque hasta el momento, ha reinado la impunidad.

Esos son los temores de Barreto, que después de ocho años se acabe la impunidad y tenga que responder por sus actos indecorosos y delictuosos. Por esta razón, quiere dejar como reemplazo a Rubén Darío Rodríguez, el mismo que abandona al liberalismo por la elección de Luis H. Rodríguez, pero que se olvida que además de promocionarlo, defenderlo  y cargarlo en hombres pidiendo el voto por él, tuvo cuotas en su administración como la de su hijo, su esposa, familiares  y amigos.

El tiempo definitivamente es implacable hasta con la historia y revela sus secretos.