Los famosos auxilios parlamentarios reglamentados en el gobierno del ex presidente Carlos Lleras Restrepo y que fueran conocidos en el gobierno anterior como la mermelada reviven en el Congreso, donde se encuentra ya en sexto debate un proyecto de ley que determina la potestad por parte de los padres de la patria a direccionar el 20% del presupuesto de inversión de la Nación.  

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A carta blanca y de acuerdo al economista Juan Carlos Echeverry en diálogo con Caracol Radio, a cada parlamentario le correspondería la suma de 30 mil millones de pesos al año cifra superior a muchos de los presupuestos en el rubro de libre inversión de 40 municipios del Tolima. 

El viceministro de Hacienda Alberto Londoño Martínez, indicó a medios de comunicación que esta iniciativa no fue objetada antes porque necesitaban los votos de los congresistas para que aprobaran el plan de desarrollo, como lo hicieron en su momento. Y que es hora de ponerle tatequieto a esta iniciativa imposible de sostener desde lo fiscal, más cuando los congresistas son el organo legislativo y no ejecutivo. 

Queda claro que los auxilios parlamentarios quieren revivirlos y una chequera de 120 mil millones de pesos en cuatro años convertiría al Congreso de la República en un nuevo objetivo para quienes quieren convertirse en los dueños de las regiones al manejar una cantidad de dinero inimaginable que conduciría además a promover la corrupción en muchos de los casos.  

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Pero por otro lado, está el llamado de los parlamentarios al gobierno que centraliza todos los recursos, concentrando la inversión en pocas poblaciones, lo que conduce a crecer la brecha de desigualdad e inequidad entre unos y otros departamentos, todo gracias a que como en el Tolima no votan por sus coteráneos sino por otras personas que generalmente jalan inversión es para sus regiones.