Opinión
Visa USA
Por Óscar Perdomo Gamboa - Escritor
Ya sé que las comparaciones son odiosas, pero a veces hay que hacerlas. ¿Recuerdan que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se demoró seis meses en pasarle al teléfono a Iván Duque, y que sólo lo recibió años después? En cambio, llamó personalmente a Gustavo Petro cuando apenas era presidente electo, y lo recibió a pocos meses de iniciado su mandato.
La consolidación internacional de Gustavo Petro tiene a los fachos mordiéndose el codo. Hay mucha diferencia entre salir en la revista Time como uno de los líderes más importantes del planeta y salir en la portada de Semana con el titular de “año de aprendizaje”.
En el Consejo de Seguridad de la ONU, Duque hizo el ridículo al mostrar fotos falsas de la situación en Venezuela y luego argumentar que eran “de contexto”. A Gustavo Petro no le tembló la voz para reclamarles a las naciones poderosas que dejaran de envenenar la selva amazónica.
Los presidentes colombianos siempre han sido arrodillados al gobierno norteamericano, incluso con actitudes vergonzosas, como cuando Andrés Pastrana y Álvaro Uribe mintieron sobre una reunión con el entonces presidente Donald Trump o cuando Iván Duque persiguió a Biden al baño para darle la mano y tomarse una foto.
La dignidad nunca ha sido una cualidad de los presidentes colombianos. En cambio, la envidia los ha corroído. Ridícula e infantil fue la carta de Pastrana a Biden poniendo quejas sobre Petro e imaginando que alguien la leería, y mentiroso fue Duque cuando afirmó que Petro destruía la relación con USA. Hoy, ambos están compitiendo por el peor presidente de la historia; mi voto es por el títere.
La visita del presidente Gustavo Petro a USA ha sido más que fructífera. El Consejo de Seguridad de la ONU reiteró su apoyo a los esfuerzos del mandatario por implementar los acuerdos de paz y realizar nuevos diálogos, fue aplaudido en la OEA cuando propuso rehacer la carta diplomática y dictó una conferencia en Stanford sobre la crisis climática. Su liderazgo internacional se ha fortalecido, para ira de los uribistas y golpistas del continente.
De la misma manera, la conversación con Biden fue entre iguales, sin las genuflexas posiciones de mandatarios previos que permitieron bases militares y cercos a países vecinos. De hecho, Petro se atrevió a repetir una sugerencia para la lucha ambiental: condonar la deuda de los países del tercer mundo para que enfoquen sus esfuerzos en proteger ecosistemas vitales. Aunque Biden aceptó sonriente, dudo que la apliquen; en el mejor caso, dirán, como la ranchera, que sí, pero no dirán cuándo. No podemos soñar que Petro les dará órdenes a los gringos, pero que haya llegado con propuestas atrevidas y no con rodilleras dice mucho de nuestro presidente; por ejemplo, dice que por fin tenemos presidente.
Y cuando los uribistas insistían, sin argumentos, en que la visita había sido un fracaso, se dio una excelente noticia para el país: Estados Unidos anunció la implementación de Centros de Procesamiento para Migrantes en los que los colombianos con parientes legales en USA podrán iniciar su proceso migratorio legal. Desde luego, esto es producto del excelente trabajo de meses del embajador Luis Gilberto Murillo, pero coincide con las buenas repercusiones de la visita de Petro y las excelentes relaciones con el país norteamericano.
De hecho, los uribistas deberían aprovechar y, como prometieron que harían si ganaba Petro, largarse del país. Gracias a él, podrán hacerlo de manera legal y no por el hueco o huyendo de la justicia.
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