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Opinión

Un pueblo azul fragmentado

Un pueblo azul fragmentado

Por: Raúl Monroy Molina 


Siendo apenas una planicie fértil del municipio de Purificación, apta para el cultivo del arroz por su naturaleza topográfica, ascendida de corregimiento a la condición de Inspección de policía, territorio privilegiado por convertirse en importante estación del ferrocarril que conducía al sur de Colombia, en la presidencia del conservador Mariano Ospina Pérez, fue seleccionada para la construcción de lo que hoy es considerado el Distrito de Riego de Usosaldaña. Por estas razones y la importancia de su ubicación en la geografía nacional, fue estimada por vecinos y habitantes lejanos, como destino de nuevo domicilio, en busca de mejores oportunidades. 

Simultáneamente se empezó a gestar en este importante centro agrícola un movimiento independentista, liderado por el ilustre conservador  hijo de sus entrañas, Marco Tulio Padilla Guzmán (Q.P.D.) quien se desempeñaba como Presidente de la Asamblea del Tolima y otras personalidades de la política local, también conservadores, los que libraron una dura batalla de toda índole para que finalmente el 18 de Noviembre de 1.969, la Asamblea Departamental mediante ordenanza N°05 del mismo año clasificara a la Inspección de Policía Catufa, como nuevo Municipio del departamento que se llamaría Saldaña como el rio que surca su vientre, importante fuente hídrica que lleva este nombre en tributo al soldado español que murió ahogado en su aguas. 

Es importante resaltar que el acontecimiento anterior fortaleció y catapultó políticamente al líder Padilla, que ya descollaba en la dirigencia departamental,   además lo convirtió en el cacique político de Saldaña, municipio que contaba con mayorías azules y unos pocos liberales. Desde entonces el Cacique Padilla Guzmán ponía los mandatarios locales de turno, mientras los caudillos de esa ideología, Guillermo Angulo Gómez, Jaime Pava y Maximiliano Neira Lamus, se peleaban las papeletas de este importante fortín electoral. Vino después la elección popular de alcaldes y con ella el triunfo palmario representado en una votación de 3.000 sufragantes aproximadamente por el partido Conservador, derivados de un potencial electoral de una población de 12.000 habitantes poco más o menos.

Como resultado del continuismo y el afianzamiento del cacicazgo en la localidad, se empezó a reflejar el hastío en un sector de la comunidad, provocando la creación de un movimiento cívico independiente que obtuvo las mayorías a la alcaldía en dos oportunidades. No obstante después de una relativa larga ausencia del poder, por castigo de la comunidad a la dirigencia, el partido volvió a ganar elecciones en los dos periodos anteriores al actual, siendo la administración culminada en diciembre de 2019 en cabeza de su primer mandatario la que  entregó de nuevo el dominio recuperado a un candidato del partido liberal, que triunfó holgadamente por amplia diferencia gracias a sus propios méritos, pero especialmente por los desaciertos protuberantes de evidente interés personal, odiosa indiferencia, burla y abandono a  los mismos conservadores, estocada de gravedad a la colectividad azul de parte del burgomaestre saliente, infamias que no le perdonaron al candidato del mismo partido, apoyado por esa maquinaria. 

Se puede señalar por todo lo anterior, que existe camino al sur de Colombia un pueblo azul fragmentado, que puede ser unido de nuevo con mucha devoción y tino político, sin el menor asomo de emociones para recuperar la fe de una comunidad que ya no traga entero, que no la impresionan caras bonitas de aspirantes obsesionados que dejan ver claramente su intención de beneficio particular, y que se ufanan de decir que tienen un rebaño numeroso de sufragantes empotrerados como ovejas de su redil para impresionar incautos, igual que exalcaldes que salieron con desgaste y desprestigio monumentales, olvidándose que el pueblo en el confinamiento de la pandemia obligado a pensar, aprendió en contraprestación al trato recibido a aceptar la dádiva pero elegir otra opción, puramente como castigo no muy impoluto, también candidatos contaminados hasta la médula de vicios de la politiquería y corruptela.

En resumen una transformación total, liderada por un portaestandarte que mostró una vez más su ya conocida sagacidad para manejar los intríngulis de este oficio.


P.D: Como gestor y creador cultural de Saldaña, mi columna solo tiene el propósito de difundir la historia de mi pueblo en todos sus aspectos.

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