Opinión
Tolima superior ante un Caldas tacañísimo
Por; Jhonny Alexander Lozano Bermúdez
Volvimos a triunfar después de nueve fechas. Deportes Tolima fue superior a un Caldas que con su propuesta tacaña se acercó poco al arco de Cuesta. Un cuarteto defensivo con los apellidos ideales, la buena forma de Rovira y la figura: Ureña, sumado a la genialidad de Ibargüen y el sacrificio de Lucumí nos recordaron lo que se siente salir sonriendo del estadio. Por ahora, la clasificación sigue lejana, pero los más optimistas ya empiezan a buscar, afanados, retazos de esperanza para tejer alguna ilusión de entrar a cuadrangulares.
Los números justifican la victoria del Tolima. En posesión, el equipo de Hernán Torres tuvo la pelota el 65% del tiempo; 5 remates a puerta versus 2 de su rival también dan cuenta de su superioridad. Eder Chaux, arquero del Caldas, tuvo 4 atajadas y Willy Cuesta solo 2. Pese a que el trámite del partido no fue fácil de digerir y el sol estuvo intratable, es evidente que el equipo de Hernán mereció la victoria.
Superar en actitud y juego al rival y la decisión de no cometer penales estúpidos fueron suficientes para derrotar a un Caldas tan pálido como su camiseta. Si bien, el Tolima sigue lejos de transmitir la seguridad que emanaba el semestre anterior, esta vez la defensa dio garantías y el único error de Cuesta (que casi siempre se manda alguno) no fue capitalizado por el rival.
El gol, obvio, fue lo mejor de la tarde. “Piky” Ibargüen jugueteó por la banda izquierda. Junior Hernández pasó por el costado para ser opción de pase o distraer. “Piky” optó por un centro delicioso tres dedos a la espalda de los centrales. Vertiginoso y decidido, con ese carácter que lo ha hecho distinto, “Coito” Ureña puso el 1-0 y en la tribuna fue notorio el desahogo.
Caldas intentó con desorden llevar peligro al área del Tolima, pero Quiñones y Mosquera custodiaron eficientes. Al final, el equipo no pasó ningún sobresalto para ganar y se puso en dirección correcta para el remate de la Liga.
Digno de destacar el trabajo de Kevin Pérez, sobre todo en el segundo tiempo. Lucumí tuvo que asumir funciones de 9 porque Rangel, aparentemente en líos de disciplina, habría sido separado del plantel. El venezolano Sosa sigue debiendo, aunque sus monólogos a potencia y gambeta dan algo de esperanza.
Se viene el América en Cali, una plaza muy complicada. El escenario es perfecto para demostrar si el carácter sembrado el sábado ante el Caldas es mucho más que un cogollo fugaz de ilusiones. Seguimos lejos, pero ahora, al menos sabemos para dónde vamos.
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