Opinión

¡Se cayó el andamiaje de Barreto en la UT!

¡Se cayó el andamiaje de Barreto en la UT!
Por: Humberto Leyton

 

[LetraCapital Letra="N"]ecesario es reconocer que el problema de nuestro principal centro de enseñanza superior es estructural de la educación pública colombiana, que se padece desde hace muchos años, agudizada desde la década de los 90 cuando entró en furor el neoliberalismo a nuestro país. Y dentro de las estrategias de ese modelo económico capitalista, comenzó la arremetida contra la enseñanza cofinanciada por el Estado.

 

Esta situación es parecida a la que enfrenta el sistema de salud, con las EPS, establecidas por la ley 100 que hizo de los pacientes una mercancía, y en la educación algo igual, donde no importa la calidad ni la condición humana, solo las ganancias.

 

En consecuencia, la crisis de la Universidad del Tolima (UT), no es producto ni responsabilidad del exrector José Herman Muñoz, y siendo justos ni del gobernador Óscar Barreto, aunque este la utilizó hábil y malsanamente en forma politiquera para tomarse por asalto el alma mater con fines calculados electorales para 2018, pensando llevar a su sobrino Miguel Barreto al senado; utilizando a la UT como otro de sus fortines políticos.

 

El más importante claustro universitario del departamento, vive la agonía financiera que le deja la ley 30 de 1992, a todas las universidades públicas, donde se les exigen calidad, aumento cobertura, implementación de programas, incluidos los de investigación, pero no se les incrementan los recursos. Además, la UT hoy cuenta con 100 profesores doctorados, 30 programas de pregrado, 15 maestrías, 45 grupos de investigación reconocidos por Colciencias y cinco programas de doctorado. Nada de esto existía en 1993; y no es precisamente, ninguna de las administraciones de Barreto la que hizo esta obra.

 

Vale aclarar, que  en aquella época, el gobierno nacional aportaba los recursos, pero exigía nada de lo que he citado en el párrafo anterior. Esta descompensación, es lo que lleva a la universidad pública a vivir en una permanente crisis financiera.

 

Agregándose a ello, gobernantes como Barreto que en su primer periodo (2008-2011) como mandatario de los tolimenses, no giró un solo peso a la universidad, lo que dejó un déficit superior a los 10 mil millones de pesos, de los cuales la administración pasada pagó cinco mil 800 millones, en virtud a una demanda que instauró un ciudadano que obliga al departamento a cumplir con sus aportes. Ahora, el gobierno actual giró mil 800 millones, pero obligado por la misma sentencia, no por su voluntad como se quiso hacer creer en principio.

 

A lo anterior, se suma la actitud politiquera y nepotista que ha caracterizado al actual gobernador, la que desarrolla sin escrúpulos ni talanqueras. La UT no es ajena a este estilo de gobierno. Para confirmarlo, basta decir que después de una guerra sucia, mentirosa, despiadada y con artimañas que emprendió desde el momento de su posesión contra el anterior rector, logró su objetivo: nombrar a Omar Mejía, un agente de su confianza en la rectoría de la UT, quien en el poco tiempo que lleva ejerciendo su cargo ya nombró a 26 barretistas pura sangre, en los principales cargos directivos de esa institución, cuyos nombres ya se han dado a conocer, pese a los anuncios que hizo recientemente el propio funcionario de dificultades económicas que tiene la universidad.

 

Pero algo no le está saliendo bien en los cálculos al mandatario seccional. Ya el rector (e), pese a pertenecer a su llavero, en una rueda de prensa reciente reveló que prácticamente la entidad es insostenible: tiene un déficit de 24 mil millones de pesos y que el hueco financiero aumenta 1.500 millones cada mes. Según lo expuesto, se gasta el doble de lo que gana. Tiene ingresos de 21.500 millones y egresos de 45.500 millones, de los cuales 38.500 representan gastos de personal que ocupan el 85% de los egresos. (Ver: ¿Qué ha hecho el rector (e) de la UT para solucionar la crisis?)

 

Por su parte, los sindicatos a través de comunicados y manifestaciones públicas han comenzado a desenmascarar las verdaderas pretensiones del sector conservador ¿uribista? que representa Barreto y en la universidad ya se siente el desencanto por el engaño.

 

Las manifestaciones de los “capuchos”, o estudiantes camilistas, no son aisladas, interpretan el descontento y la inconformidad universitaria por el deplorable situación que afrontan, así no estemos de acuerdo con los métodos de lucha que ellos emplean. (Vea: Por presencia de ‘encapuchados’ ordenan evacuar la Universidad del Tolima)

 

El directorio político que pensaba montar el sector barretista en la UT se le puede convertir en un bumerán, máxime cuando ninguna de las soluciones que prometió para sacar de la crisis al centro educativo las podrá cumplir. Son politiqueras y tendrá que buscarle los votos a su primo Miguel Barreto en otro lugar.

 

Y se suma a esto, para más compliques, los casos penales por corrupción, contratación indebida y cupos fantasmas en la educación que tiene el gobernador Barreto en la Fiscalía, que de no haber impunidad, y por fin desengavetasen y fallar, la situación se le puede complicar aún más. (Le pueda interesar: Piden a la Fiscalía acelerar investigaciones contra el Gobernador del Tolima)

 

Al menos en la UT, muy pronto se le cayó el andamiaje a Barreto.

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