Opinión

¿Qué le han hecho al río Opia que ya no canta?

¿Qué le han hecho al río Opia que ya no canta?

Por Víctor Sánchez. | Gestor Cultural.


Los Defensores del río Opia,  un grupo de habitantes de la ciudad de Ibagué, nos invitaron a celebrar el Día Universal del Agua, en el sector de La Samaria, donde nace este afluente, famoso a nivel mundial porque en sus aguas vive una moribunda especie de moluscos, que la deforestación, los agrotóxicos usados en los cultivos de la meseta, los desechos industriales y las aguas servidas de una gran cantidad de urbanizaciones, están matando.

Participamos de unas gratas actividades orientadas en su mayoría, por los jóvenes, niñas y niños del sector, quienes nos recordaron que  “ El territorio es como un libro que se lee con los pies ” fuimos por un sendero  comunitario donde aún sobreviven hermosas especies forestales amenazadas por las empresas constructoras, que en una novedosa  modalidad de extractivismo puro, desconocen las normas, invade las rondas de las escurrentías y quebradas donde nace este importante río que baña y sostiene a las comunidades  de Doima y de Piedras, el municipio que en Colombia, le asestó el primer  golpe a la mega minería, al   rechazar su intervención, mediante una herramienta de participación democrática: la  Consulta Popular.

Paula, una profesional madre de familia, nos orientó sobre un pliego de papel, cómo se hace el reconocimiento de actores en el territorio, nos explicó como  esos actores son seres humanos, instituciones y también otros seres vivos como el río, sus aguas y la bio diversidad que lo acompaña en su lecho.

Un grupo de  niños y  niñas, guiadas por Camila, en una representación teatral  nos contaron desde su infantil visión  lo que  piensan de nosotros los adultos y nos responsabilizaron de la deforestación, la contaminación,  y la indiferencia que permite estos graves  comportamientos  contra las fuentes de la vida en el planeta.

Varios profesionales de la ingeniería y la arquitectura  nos dieron luces sobre el tema del desarrollo urbano que obstruye e invade las  rondas de las quebradas  y que en sus planes  parciales de expansión urbana  de la ciudad como La Samaria, Santa Cruz y Parque Nativo, pueden construir pero sin destruir la naturaleza, que existen sistemas y diseños urbanos  respetuosos, que el río no es solo un chorro de agua, que su ronda debe ser respetada, que las normas existen y debemos conocerlas, para  respetar el  entorno natural  y que esas normas no pueden quedarse escritas, que deben ser aplicadas.

Mientras la profesora Bety y su esposo compartían su refrigerio con los caminantes, don Ramiro uno de los líderes ambientales defensores del río Opia, leyó las resoluciones de Cortolima del año 2020 que inició  un proceso sancionatorio contra los constructores sin que hasta momento se conozca de manera pública los resultados de las denuncias de la comunidad,  porque sin piedad, talaron árboles, sin permiso  ocupan el cauce de la quebrada, construyen  torres de apartamentos de 16 pisos, por su ambición y sin  misericordia los nacimientos de agua y los humedales donde nace el río Opia, están desapareciendo.

Augusto, un señor del  Comité Ambiental, trajo y repartió entre los asistentes fotocopias de la Ordenanza aprobada por la Asamblea del Tolima donde se declaran los derechos de los ríos Coello, Combeima y todos sus afluentes, aprobada por unanimidad en el mes de marzo del año pasado, también recordamos, la Sentencia del Tribunal Administrativo del Tolima de mayo del 2019 que otorga derechos a las cuencas de los ríos Cocora, Coello y Combeima; y entre unos y otros nos preguntamos, quién es la instancia que le hace seguimiento a estas decisiones de los órganos como la autoridad ambiental territorial que es Cortolima, la Asamblea Departamental y los altos Tribunales de Justicia?

Por eso don Carlos, un activo conocedor de los conflictos ambientales a nivel local e internacional, propone  un espacio en las sesiones de la Asamblea del Tolima, para discutir y plantear soluciones a estas afectaciones, en las que intervienen múltiples actores responsables de la contaminación de nuestros ríos y quebradas, en especial del río Opia.

Ya al final de la jornada, al  caminar por la nueva zona de expansión urbana de la ciudad de Ibagué, que en la publicidad de las empresas constructoras  ofrece vivienda en las mejores condiciones de hábitat, pero que no hay duda que en su afán de lucro desmedido, desvían la atención de los compradores de apartamentos y casas en conjuntos cerrados, mostrando la belleza del paisaje, las supuestas comodidades de los espacios comunales que se quedan  en las fotografías y en las promesas , porque en la realidad, no son constructores de una nueva ciudad, sino destructores de su biodiversidad.

Nos fuimos al almuerzo, recordando al sacerdote Gregorio Angoitia, párroco de la iglesia de  Piedras, quien por allá en la década del sesenta inició la divulgación  de las ostras de agua dulce; de los estudios científicos que han realizado  profesores y estudiantes  de la Universidad del Tolima, donde exaltan  los atributos bio ecológicos de estos moluscos únicos en el mundo, y pensando que las comunidades de muchos pueblos y ciudades deberían seguir este ejemplo, que  los planeadores del futuro  no pueden seguir  indiferentes desconociendo las leyes, tanto de la naturaleza como las normas humanas  y  en la canción de Juan Manuel Serrat qué reclama : Qué le han hecho al río que ya no canta ? y que hoy nos anima desde la nostalgia a celebrar el Día del Agua.

Adjunto : Dos (2) resoluciones de Cortolima del año 2020

Resolución 1516 - Cortolima... by El Cronista Ibagué

 

Resolución 1965 - Cortolima del año 2020 by El Cronista Ibagué on Scribd

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