Opinión

Que al final del 2024, y en los años venideros, podamos decir: ¡lo logramos, no hubo ni una más

Que al final del 2024, y en los años venideros, podamos decir: ¡lo logramos, no hubo ni una más

Por: Felipe Ferro


Hace pocos dias, asistiamos con tristeza  al lamentable asesinato de Stefany Katherine Bocanegra, oriunda de Ibagué, quien recibió varios disparos de arma de fuego y por la gravedad de las heridas murió pese a que fue llevada a un centro asistencial. Pocas horas después de este hecho, que nos sigue indignando y que nos debe indignar como sociedad, las autoridades contaron que la joven estaba embarazada. 

El Observatorio de Feminicidios contabilizó en 2023 un total de 511 casos en Colombia. La Procuraduría General de la Nación, con una metodología diferente, reportó  410 mujeres asesinadas. Aunque no concuerdan las cifras, en lo que sí coinciden los informes es en la dolorosa realidad: En el 2023, en Colombia, una mujer al día fue víctima de feminicidio.

Varios textos consultados sobre este tema concluyen que el feminicidio es la manifestación más extrema del abuso y la violencia de hombres hacia mujeres. Se produce como consecuencia de cualquier tipo de violencia de género, como pueden ser las agresiones físicas, la violación, la maternidad forzada o la mutilación genital; es decir, conciernen todo un tipo de vejámenes contra nuestras mujeres. 

¿Y cómo vamos a actuar? ¿Qué van a hacer las autoridades, las entidades y nosotros como sociedad para contener este fenómeno? Algunas ideas, porque las estrategias nos deben incluir a todos. 

Lo primero es que la denuncia oportuna debe convertirse en el primer llamado y la primera alerta para detectar a las mujeres que están en alto riesgo de ser asesinadas o agredidas por su parejas o exparejas; porque es indudable que quien las ataca son personas que tienen o han tenido algún tipo de cercanía con ellas. Es clave que padres, hermanos, familiares, amigos, vecinos, informen, oportunamente, a las autoridades sobre cualquier tipo de agresión; así sea verbal que es por donde los victimarios empiezan. Ya no más esa frase de “yo no me meto, porque en relaciones de pareja nadie se debe meter”. Ya no más. 

¿A dónde denunciar?. Ese es el siguiente eslabón. Las comisarías de familia deben ser organizaciones fuertes, robustas, con todos los elementos tecnológicos, con profesionales en diferentes áreas que puedan atender y orientar a las denunciantes. La línea de atención debe funcionar a cualquier hora del día, en todo momento. Mientras estos organismos que son la puerta de entrada al acompañamiento y a la ruta de atención no funcionen adecuadamente, es muy difícil dar la pelea para proteger a nuestras mujeres. 

En muchas ocasiones, nuestras mujeres están sometidas económicamente a sus victimarios. De ahí que los programas de emprendimiento, acompañados de capital semilla, deben convertirse en pilares fundamentales de los Gobiernos,  tanto locales como departamental; máxime cuando estamos en proceso de aprobar y consolidar los planes de desarrollo. A los programas de emprendimiento y empoderamiento de nuestras mujeres es necesario apostarles, sin ningún tipo de temores.

Marzo es el mes de la mujer. Es el momento de apostar a su empoderamiento, es el momento de apostarle a su cuidado y a su protección. Ojalá, al final de este año pudiéramos decir. ¡En el Tolima no hubo ni una más!

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