Opinión
Paz sí, pero no así
Por: Óscar Perdomo Gamboa
Al gobierno de Gustavo Petro, quien perteneció a un grupo insurgente que se acogió a una propuesta de paz, se le puede creer que quiera hacer diálogos y acuerdos con los actuales grupos delincuenciales por fuera de la ley. Es decir: paz sí. Sin embargo, el traspiés de anunciar un cese al fuego con el ELN y luego salir a aclarar y modificar decretos aporta muy poco a la confianza que requiere cualquier proceso político. Es decir: no así.
Aclaro, para marcar distancia de quienes sólo añoran la paz de los sepulcros y desean ver fracasar al presidente (y, por ende, al país): espero, como la gran mayoría de los colombianos, que se logre esa paz total que, etiquetas y politiquerías aparte, permita la gran reconciliación del país. Pero ese siempre será un proceso largo, complejo y lleno de escollos, que no puede ser apresurado ni manoseado.
Eso fue exactamente lo que sucedió esta semana: el entusiasta anuncio del cese al fuego bilateral con el ELN fue prematuro, dando la impresión de un proceso improvisado y hasta falaz. Los enemigos del gobierno, que no son pocos, aprovecharon para atacar, una vez más, al presidente y a una paz que no les conviene; y los que leímos esperanzados la noticia nos quedamos con un palmo de narices, con una gran interrogación que ningún mandatario puede permitirse.
Queremos paz, sí; una paz total que permita la reconciliación de un pueblo que ha vivido dividido por los intereses de los poderosos desde hace tantos años que ya ni siquiera recordamos los orígenes y las mutaciones de las enemistades. Pero queremos un proceso cuidadoso, vigilado, certero, que no sea usado por oportunistas para sus plataformas politiqueras ni sea vulnerable por el afán o la desconfianza. El presidente Gustavo Petro debe tener sumo cuidado en lo que negocia, promete y comunica, pues la fe que tantos colombianos depositaron en sus propuestas se puede resquebrajar. Más que anuncios optimistas, se necesitan noticias concretas que refuercen esa misma confianza.
Que esta salida en falso no sea, como quieren algunos canallas, la derrota de la paz. Por el contrario, que sea un tropezón que permita corregir los errores y continuar el rumbo con mayor seguridad y confianza. Como dice la canción de José Alfredo Jiménez: no hay que llegar primero, pero hay que saber llegar. Colombia ya no llegó de primero a ningún paraíso pacífico, llevamos décadas matándonos entre nosotros; pero si tenemos que saber llegar a esa paz total que tanto necesitamos.
Óscar Perdomo Gamboa
Escritor y caricaturista.
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