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Opinión

Para volver al Tolima grande, no hay píldora del día después

Para volver al Tolima grande, no hay píldora del día después

Por José Víctor Sánchez - Gestor cultural


Desde que Edgar Varón de Viva el Arte; Margarita Enciso de Rangel de la Corporación Folclórica; María del Carmen Mantilla del Foto Club Ibagué, entre otros amigos y amigas, que aún están y algunos que nos acompañan desde la eternidad,  pensaron en constituir una organización de organizaciones que agrupara a los artistas, gestores culturales y ambientalistas de distintos grupos a finales del pasado siglo XX, no hemos probado la posibilidad de que el  arte y la ecología se expresen  en las urnas e incidan de manera efectiva en las políticas públicas.

La acción cultural emprendida desde entonces con alta o baja incidencia en las acciones de gobierno, ha sumado a  campañas electorales como la de Carmen Inés Cruz, la primera mujer en la Alcaldía de Ibagué, a Guillermo Alfonso Jaramillo en su empreño por la Constituyente del Tolima, y de manera reciente como movimiento cultural en el Polo Democrático Alternativo y en Pacto Histórico.

Sin pretensión hegemónica de representar a todo el sector  de artistas, hemos hecho propuestas de política pública,  con la gestión y búsqueda de   apoyo para varios proyectos  que convocan el interés colectivo y la acción pública de la cultura; ahí están proyectos como la Ecovilla La Martinica que anima la implementación de tareas ambientales de salvaguardar el patrimonio natural a partir de la constitución de eco aldeas y promocionar prácticas permaculturales.

La tarea de mantener un espacio como la galería Viva el Arte para la promoción de la expresión de las artes plásticas que se fortaleció con la escuela de Arte Público guiada por el maestro Carlos Granada; la promoción de la escritura y la lectura de manera especial en  estudiantes y  jóvenes del departamento con el Encuentro Nacional de Poesía y Narrativa Ibagué en Flor; la identificación de lugares y sitios de memoria escondidos y abandonados  como La Granja de San Jorge, La Estación del tren de Picaleña, o la casa donde vivió algunos años de su juventud Álvaro Mutis en el corregimiento de Coello Cocora, se han propuesto como patrimonios que deben ser apropiados por las comunidades vecinas; todas estas  se mantienen  como apuestas desde las organizaciones culturales   para que  las   ciudadanías activas  promuevan y proyecten.

Este domingo 29 de octubre será una oportunidad feliz de  tomar una decisión que marque y defina la historia del Tolima. El Escritor tolimense William Ospina  expone su nombre a la Gobernación  y presenta su propuesta para Volver al Tolima Grande, salvando de desechos y residuos tóxicos al río Magdalena y a las demás fuentes hídricas de la geografía regional,  colocar luz a  los lugares  y sitios que guardan la memoria cultural e histórica, levantar  la mirada hacia los personajes y sucesos  que han hecho del Tolima un territorio importante para el país, por las ideas, los sueños y las obras de quienes han nacido o vivido en esta tierra firme.

Esta campaña se realizó en escasas  semanas, sin reproches  ni rencores hacia el adversario, con la mirada puesta para que de ahora en adelante se lea, se palpe y se conozca el territorio, sus glorias y atributos, sus dolores  y los retos  que debemos emprender como personas comprometidas con la búsqueda de alivio y bienestar, sin escondernos en el pesimismo mezquino que arrincona  a quien piensa de manera diferente, al margen  del  premeditado  marketing del negocio electoral  que tiene acorralada y cercada la democracia donde solo entran  los mismos poderosos  que maquillan su rostro y su siniestra imagen  con trampas y picardías  para continuar  el reciclaje perverso de los dineros públicos en cada jornada  electoral, acumulando puestos y billetes para su prole y su clan  familiar.

Desde siempre han dominado, se creen con todos los derechos y hacen campaña cada dos años para que todo siga igual. Cuando alguna persona distinta quiere entrar, crean pesimismo y confusión en el  elector, meten a todos los candidatos en una misma mochila, es una tarea que solo beneficia a quienes siempre han  gobernado.

A las fiestas de los que mandan no quieren que lleguen propuestas alternativas de candidatos como Renzo García a la Alcaldía de Ibagué; hay que saber que  existen otras formas de sentir y de ver el mundo, no nos dejamos confundir ni marchitar, en cada municipio se cultivan liderazgos  de buena voluntad que van a profundizar la democracia local, por quienes  vale  votar.

Para el Concejo de Ibagué hay dos mujeres  como Magaly Leyton de la  veeduría  del agua potable y Gloria Aponte,  la arquitecta del paisaje, y en  la contienda por la Asamblea del Tolima está la lista del Pacto Histórico.

El día después, es un día para celebrar y contabilizar la gran Franja Amarilla que de ahora en adelante no se va a dejar  partir ni dividir, con todas las personas amigas y con los distintos habrá una cita para tomarnos un tinto y dialogar, con fuerza y fe en que  gobierne la ciudadanía cultural y ambiental en la querida tierra tolimense.

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