Por Óscar Perdomo Gamboa - Escritor

Un fulano que se dice periodista, cuyo nombre no diré porque no vale la pena, dijo que había comprado un pollo en 40.000 pesos y que eso tan caro era culpa de Petro. Otra fulana que se dice periodista, cuyo nombre tampoco diré porque no vale la pena, dijo que había comprado un pan en 5.500 pesos y que eso tan caro era culpa de Petro.

¿En serio ese es el periodismo de los grandes medios? ¿Esas son las órdenes que les dan sus jefes? ¿Qué metan mentiras descaradas y hagan el ridículo? ¿En verdad creen que así van a tumbar al presidente o a provocar un estallido social como el que el pueblo le armó al títere Duque? ¿O acaso piensan que así van a desviar la corrupción del fiscal Barbosa, el juicio a Uribe y su hermano, los desfalcos de Duque y su señora madre, etc?

En cambio, estos adalides del periodismo callan frente a los logros del presidente en Estados Unidos y Europa, o tratan de engañar cuando las cifras, incluso de los medios de derecha, muestran que hay una mejora en la economía: el dólar se ha recuperado, la inflación y el desempleo bajaron, mientras que la inversión extranjera y el turismo van en aumento. Es decir, lo opuesto de lo que los gurúes de ultraderecha vaticinaban y, supongo, deseaban.

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La función de los grandes medios ya no es informar, sino lo contrario. Eso incluye, por supuesto, promover el racismo. Por eso le critican a Francia Márquez que viaje a África y le cotizan la gasolina. Pero cuando la esposa de Iván Duque llevaba a los amiguitos de sus hijos a Panaca en el avión presidencial con dinero de nuestros impuestos, no decían nada.

Esos periodistas prepago creen que Francia, por ser afro, tiene que responder por cada uno de los centavos que gasta, como si vigilaran el vuelto de una muchacha del servicio que fue a hacer un mandado. Pero a sus amos que se roban la salud, las pensiones y el erario no les dicen nada, claro.

Luego se quejan de que pierden audiencia, de que nadie compra sus revistas, de que no ganan premios, etc. Para todos es evidente que no son periodistas, sino propagandistas mentirosos y obedientes de sus amos. Una verdadera vergüenza para tan noble profesión.

Adenda: Donald Trump, el ídolo del uribismo, fue hallado culpable de abuso sexual y difamación contra la escritora E. Jean Carroll. Inevitable recordar la historia de Claudia Morales y otro expresidente…