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Opinión

No politizar el problema de la seguridad en Ibagué

No politizar el problema de la seguridad en Ibagué
Por Humberto Leyton

[LetraCapital Letra="L"] a concepción de la seguridad, sea objetiva o subjetiva, tenemos que enfrentarla. La semántica no nos puede dividir para atacar este flagelo en todo sentido, mucho menos la politiquería que se quiere hacer con este problema desde algunos micrófonos.

Consideramos que esta situación merece un tratamiento serio e integral que comprometa a todos los estamentos sociales de la capital del Tolima. En eso, estamos de acuerdo con el Presidente Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Ibagué, Luis Alfredo Huertas, y debemos buscar mecanismos dinámicos, flexibles y hasta solicitar colaboración de otros lares en caso necesario.

Nos llamó la atención dos elementos que planteo el dirigente gremial en la entrevista del 13 de septiembre, concedida a este portal (puede ver: “El problema de la seguridad es de todos”), que son la técnica y la inteligencia para combatir a la delincuencia. Los tiempos actuales no solo exigen el incremento del pie de fuerza, sino contar con implementos avanzados en tecnología y buena información sobre el accionar de estos grupos.

Las ayudas de cámaras, central y equipos de comunicaciones, sistemas de rastreo, parque automotor adecuado, entre otros, constituyen ayudas fundamentales, pero sin duda, la parte humana es esencial. Desde tiempos inmemoriales la inteligencia ha jugado papel destacado en todas las guerras y batallas, los Estados la han utilizado como columna vertebral de su seguridad y victorias. No en vano el cine y las novelas de acción están nutridas de espías. A Osama bin Laden, no lo cazó un ejército integrando por miles soldados, fue un equipo de 12 hombres de la marina estadounidense, todos ellos especializados en inteligencia. Tener un buen equipo de oficiales y policías  entrenados en este aspecto es primordial para infiltrar a la delincuencia y combatirla con éxito. No se necesitan batallones de policías; un escaso grupo de agentes secretos bien entrenados bastan para realizar la tarea con una rebaja económica considerable en el costo de las operaciones.

Pero además de estas cosas, se necesita la unidad de todos los sectores para hacer frente común en esta causa. Si bien es cierto, Ibagué está distante de estar en manos del hampa, es bueno ir preparándonos para no dejarnos sorprender.

Como se sabe, del Bronx nos ha dejado nuestra cuota, así como a todos los municipios y ciudades intermedias cercanas  a Bogotá; no son solo indigentes, con ellos llegan sus manejadores y explotadores que representan el verdadero peligro. Uno de ellos fue detenido hace algunos días por la policía en Ibagué, cuando fungía de taxista. Quién sabe cuántos más tendremos.

Estas amenazas hacen que el tema se torne serio y no admite, por ningún motivo, que se utilice como bandera política de ninguna aspiración, como parece que lo quiere hacer un sector gubernamental adversario del alcalde Jaramillo.

Los retos que tenemos son grandes para desgástanos en peleas inútiles. Se impone la construcción o implementación de una estrategia de política de seguridad y educación ciudadana que permita renovar la tradicional vigilancia basada en la respuesta a los acontecimientos, debemos de hacer control preventivo para adelantarnos al momento sorpresa, mejorando la calidad del servicio de la policía en forma integral. En esta tarea corresponde el fortalecimiento institucional político-administrativo, más el apoyo del sector privado y de la comunidad en general, para lograr diseñar un verdadero proyecto de seguridad y convivencia ciudadana, donde la educación y capacitación tengan preponderancia.

Se deben fijar unas prioridades, puntos o acuerdos mínimos que permitan combatir a la delincuencia común como al crimen organizado, pero por el momento, establecer unas prioridades como la lucha contra: el atraco callejero, el raponazo,  microtráfico de estupefacientes,  el fleteo, violencia escolar, violencia intrafamiliar, abuso y violencia sexual, delincuencia juvenil, entre otros, mientras se construyen las líneas gruesas de este tejido.

Por eso, le damos la máxima importancia al conversatorio que ha convocado la Cámara de Comercio de Ibagué, sobre Seguridad y Cultura Ciudadana, el próximo miércoles 21 de septiembre, en el auditorio de esa entidad, a partir de las 8:00 de la mañana, para tratar el tema con la participación de todos los involucrados en la solución a estos flagelos.

De aquí, pueden salir ideas, propuestas, sugerencias, todas ellas necesarias para comprometernos con el rumbo de una ciudad más sosegada y tranquila, buscando que la capital del Tolima sea ese rico vividero o aburridero, como lo quieran llamar, donde nos llegue la muerte natural en la cama no de una puñalada ni de un balazo.

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