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Opinión

No había tiempo para la ansiedad

No había tiempo para la ansiedad

Por Psic. Daniela García


Sientes un nudo en el pecho, muy molesto, que no sabes a qué parte de tu cuerpo va a pasar. Vives con miedo de sentirla en los lugares más inesperados, experimentas mucha angustia. Sientes miedo de que te miren y te rechacen. De sentirte con todas las emociones revoloteando. Con el tiempo, pasa del dolor en el pecho a la espalda, reflujo gástrico, el nervio ciático, asma, episodios de migraña. Entre otras muchas cosas. Aun así, para muchos, tanto la ansiedad como la depresión son cosas “pasajeras”, que se “curan” con el tiempo.

Por momentos sientes la alegría de que la angustia se fue, te dices a ti mismo: “ya paso”, “ya mejoré”, pero la realidad es que vuelve, la ansiedad vuelve, te traiciona y en algunos casos regresa más cruel que nunca, y dispuesta a arrasar con lo que sea que esté frente a ella.

Por momentos te llegas a sentir como un extraño. Las cosas que te gustaban no puedes sentirlas de la misma manera y lo peor: intentas fingir que está todo bien, cuando la realidad es que no quieres sentirte así. La ansiedad es el estado de salud más solitario y vacío, porque se va y viene de una forma inesperada y en ocasiones retorna peor que la vez anterior.

Mientras vas creciendo, con todos los miedos e inseguridades que te atormentan, pasas a ser la persona amargada del aula, tus “amigos/as”, te sugieren que seas una persona más efusiva, de lo contrario, es posible que te aíslen. Luego comienza el ciclo interminable de no entender la ansiedad como un estado de soledad y de angustia temporal. Te olvidas de cuidar a tu ser, te olvidas de cuidar a tu persona. Te preguntas: ¿Por qué dispongo tanto tiempo intentando complacer a otras personas? ¿Por qué cambio mi forma de vestir, de hablar?

Cuando te enamoras mejoran las cosas, te sientes la mejor versión de ti... Te sientes un adulto imparable, de la escuela te queda la costumbre de adaptarte a la decisión de los demás y vas notando que es la mejor forma de hacer que una relación de pareja sea duradera, pero la realidad es que no tiene sentido ya que pasa mucho tiempo hasta que estableces límites y aprendes a querer la soltería porque necesitas conocerte.

Ya siendo profesional en el campo que hayas elegido, al igual que muchos colombianos te surge el deseo a través de tus padres, porque lo que te va a quedar es la educación, y esa es la herencia de nuestra generación. Algunos reevaluando todo el tiempo su vida profesional porque se dan cuenta que no les gusta y otros enfrentando día a día los miedos de las exigencias, de esa parte que no puede parar, que necesita triunfar y en algunos casos no sabe cómo. Necesitas tener el control de todo lo posible, hasta del tiempo. 

Yo como muchos, me he sentido en el rincón del dolor interminable de no saber qué hacer, de hacerme daño con relaciones de amistad, de pareja o familiares que tuve que aprender a soltar. Vencer la ansiedad es un trabajo de nunca acabar, pero amigarte con la ansiedad hace que te conozcas, que valores tu ser, tu identidad, tus sueños, tus metas, tu trabajo, que ames cada detalle de ti.

Levantarte por la mañana, gozar de un café colombiano, empapar tus sentidos con su aroma. Comer alguna de las tantas frutas que se cultivan en nuestro país. Vivir cada momento del día, cada momento de la vida, como si nunca se fuese a repetir. Porque es cierto, los momentos que pasan son inimitables y en cada uno de ellos pueden suceder cosas maravillosas; solo debemos estar presentes para verlas.

 @Sicologoenlinea

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