Por: Alberto Santofimio Botero

En la coyuntura crítica que dolorosamente está viviendo Colombia, bien vale la pena, recordar la grandeza de la actitud y el pensamiento de Winston Churchill, el visionario líder europeo y Premio Nobel de Literatura, cuando afirmo que" tocaba izar la rasgada bandera de la patria" y sentencio:

“A los hombres y a los reyes, ha de juzgárseles, en los momentos en que la vida les pone a prueba.

Es acertado juzgar que el valor constituye la primera de las cualidades humanas, puesto que es la virtud que garantiza todas las demás".

Que  cuantos sientan que tienen responsabilidades superiores con el destino de Colombia, desde la institucionalidad o desde la protesta, se pongan la mano al pecho y decidan actuar a tiempo,  y con superior patriotismo, pensando solo en salvar el presente y, sobre todo, el futuro de nuestra libertad, de los derechos humanos y de la vigencia democrática.

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Por encima de ambiciones personales y de poder, terquedades, tentaciones totalitarias, y falsos ideologismos de derecha o de izquierda extremas, que con sabiduría, el gran politólogo  italiano del siglo anterior, Norberto Bobbio, escribiera en sus obras, con  incuestionable acierto, acuerden  pronto y encuentren la salida.

La juventud debe construir por la vía del orden democrático y en paz, el inaplazable cambio  político y el nuevo modelo económico y  social que acabe con la desigualdad, la inaudita concentración de la riqueza, la pobreza extrema, la inequidad y la exclusión, conforme a sus sueños, sus convicciones y sus anhelos de un  porvenir mejor para todos.

Es indiscutible el derecho  que tienen los jóvenes, llamados por la historia a ser los actores esenciales de la nueva época.

La columna escrita por Alberto Santofimio Botero no representa la línea editorial del medio El Cronista.co