No es una coincidencia que los expresidentes que cedieron durante más de tres años el territorio a la Farc  como Andrés Pastrana, y aquel que  vinculó  al país a la firma Odebrecht, como Álvaro Uribe, y quien recibió dádivas económicas en su campaña, como Juan Manuel Santos, estén afiliados a la campaña de Federico Gutiérrez. 

Este candidato representa el continuismo de las prácticas de la corrupción y la detentación de los privilegios de una  clase excluyente que se han convertido en los dueños del país.

Son los mismos que se convirtieron en amos y señores que hacen y deshacen mediante su política de explotación. 

Quien propone el cambio de esas costumbres, no puede aliarse con los responsables de la crisis y de la corrupción, implantada desde hace 200 años. Por ello, los movimientos progresistas no necesitan de esos expresidente sino del alma libre y espontánea del pueblo.

• Puede leer: Cuatro Afrocolombianos fórmulas vicepresidenciales

Es difícil, que los dueños de los bienes y servicios del país, dejen diversificar y participar a otros de los privilegios de que son propietarios, como los medios de comunicación, las grandes multinacionales, la tierra, los bancos, la explotación del níquel, hierro y cobre entre otros. De está manera  el Estado tendría mayores recursos, con la suspensión de  las exenciones de impuestos y el precio justo de los ingresos por concepto de los contratos de concesión elaborados en perjuicio de los intereses del gobierno colombiano.

Esa es una de las razones por las cuales Gustavo Petro cuadruplicó en la consulta del 13 de marzo a quien lo sigue de lejos en votación, Federico Gutiérrez y que los expresidentes citados y que tienen más pasado que futuro, hayan hecho causa común contra Petro. Ellos no tienen votos ni son dueños de la voluntad de los congresistas y menos de la voluntad del pueblo.

Esa época del centralismo despótico y mandón de los conciliábulos se acabó.

• Lea también: Fajardo: "a Petro hay que ganarle, pero sin reelegir al uribismo"

Estamos en un nuevo mundo del libre examen y de las comunicaciones digitales sin censura, ni verdades únicas.

Las normas sobre bancadas, la Ley y la jurisprudencia, permiten que en caso de las controversias regionales puedan los integrantes apartarse de la decisión única, lo que permite que la autoridad del expresidente Gaviria, que se cree un César, se vea menguada y los liberales independientes voten por el candidato con quien mejor se identifiquen.

Los expresidentes son personas que se creen que continúan poseyendo el poder efímero que tuvieron en el pasado, porque la lambonería continúa diciéndoles presidentes, cuando no son sino el pálido reflejo de una época triste perdida  en la noche del tiempo.