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Opinión

Lluvias, factor sorpresa

Lluvias, factor sorpresa

Por Carlos Alberto Estefan Upegui  - Exgobernador del Tolima



Durante los meses de marzo y abril, la noticia era la reducción de los niveles de los embalses, la sequía y su consecuente restricción en el consumo de agua. Hoy, tan solo 15 días después, la situación es todo lo contrario.


Las noticias en su momento se ocuparon de un hecho real, pero la ciudadanía no se percató de lo que vendría luego; o sea, el exceso de lluvias que estamos viviendo en el mes de mayo y el delicado panorama que en la actualidad se observa.


Se supone que el país está dotado de la infraestructura necesaria a través del IDEAM para prever los cambios ambientales con la debida antelación, para que un episodio tan crítico nos tome por sorpresa.


No se explica uno, cómo un invierno tan fuerte no haya sido posible preverse y de esa manera las alertas tempranas y otras medidas tutelares no se hayan activado oportunamente.


“Los desastres naturales son eventos que pueden tener consecuencias devastadoras para las comunidades y las personas que los experimentan.” De ahí, la importancia de estimar los posibles desastres naturales y calcular el riesgo, con el fin de proteger las vidas y propiedades de la gente.


Además, en el caso que nos ocupa, haber generado el pánico de la sequía estuvo fuera de contexto, a sabiendas que se avecinaba un intenso periodo de lluvias.


Y si la sequía llegó a ser tan crítica, como en efecto sucedió, tanto que los embalses del sistema Chingaza, y los del resto del país llegaron a niveles de tan solo 16 % era de suponerse que dicha coyuntura pronto se resolvería como estamos viéndolo ahora.
Es lógico que se trata de un problema de carácter cíclico susceptible de preverse, pero también, y eso lo tenemos claro, debido a los incendios forestales, al crecimiento poblacional entre otros factores, que deben irse resolviendo permanentemente con autoridad y firmeza, no dejar para solucionarlos en el momento en que llegue la crisis.


Entre tanto, insisto, era previsible saber que dos semanas después la realidad iba a ser otra.
El IDEAM “esperaba que la temporada de lluvias en el país empezara en la segunda quincena de marzo, pero también sabía que debido a que en la zona de convergencia intertropical (ZCIT o ZCI), también conocida como zona de convergencia ecuatorial que es la región donde convergen los vientos alisios del hemisferio norte con los del hemisferio sur, estos fueron bastante débiles, y por tal motivo no fue posible la llegada usual de las precipitaciones para esa época del año.


Sin embargo, se comenta que ese factor tomó por sorpresa al Ministerio de Ambiente y a la Alcaldía, debiendo acudir tardíamente al racionamiento de agua hasta la segunda semana de abril.


Entre tanto, ahora, a escasos días de lo sucedido, la emergencia se presenta, repito, por exceso de lluvias, desbordamientos de ríos y quebradas, inundaciones, taponamiento de vías por la presencia de derrumbes, etc.


En consecuencia, y para cerrar este capítulo, es importante hacer énfasis en que el IDEAM anunció ya la inminente llegada del fenómeno de La Niña a Colombia para el segundo semestre del año, motivo por el cual se espera se aumenten aún más las inundaciones, las crecientes súbitas y los deslizamientos de tierra. ¡Después no digan que no se les avisó…!!

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